Capítulo 27: Será mía por fin.

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~Anónimo~

Voy en la parte trasera de mi auto, mi chófer lleva instrucciones precisas de llevarme a su presentación.

Ya son siete años que no la veo, debe estar preciosa como siempre. Aria, el amor de mi vida, inalcanzable para mis sentimientos, para el corazón de éste hombre enamorado. Desde pequeños solo fui su amigo, un amigo que la cuidaba y amaba en las sombras, ya que ella siempre era la fuerte, la que no necesitaba que la protegieran. Cierro los ojos, el saber de su pasión me llevó a seguir su carrera de incógnito detrás de su seudónimo una vez que la descubrí hace algunos meses.

Todavía recuerdo cuando me decía que iba a ser escritora, y que utilizaría otro nombre para ocultar el real, y fue entonces cuando creamos aquel seudónimo compuesto de otros nombres.

Después de años de haber perdido contacto con ella, de haber guardado en mi corazón sus sonrisas, sus bromas y mis sentimientos, fue que me tope por casualidad y como dije hace algunos meses, con uno de sus dulces libros en una librería cerca de mi apartamento. El nombre fue lo primero que me llamó la atención, como olvidarlo, y luego al descubrir sus demás libros.

Una escritora de romance erótico, me sorprendió un poco, porque según ella iba a ser una escritora de ciencia ficción, de aventura. Debo decir que fue una sorpresa muy agradable, y añorada interiormente.

Dios, toparme con el amor de mi vida de mi pasado, me hizo desechar una decisión respecto a mi dudoso futuro matrimonio.

Y puede sonar estúpido, porque estoy claro de lo incierta que podría ser mi decisión, pues podría ser rechazado, pero un matrimonio contractual, urdido por mis tíos, no es lo que quiero. Sobretodo ahora que hay una pequeña esperanza de un amor que no se ha ido de mi corazón pese a los años que han pasado. Por eso, por nada del mundo me casaría en estos momentos con esa mujer, que a leguas se ve que su único interés es el dinero que tendrá a manos llenas a mi lado.

Estoy muy agradecido con ellos por haberme criado después de la muerte de mi padre, un hombre poderoso y algo oscuro. Posición que ahora poseo yo, no es agradable pero hace que muchos me teman, besando el suelo por donde piso. 

El agradecimiento, es por lo que principalmente lo acepte, y he aceptado varias de sus decisiones, pero ya no más, creo que he pagado con creces el que me hayan criado. No es que hubieran sufrido mucho criandome también, porque los beneficios que obtuvieron fueron más que considerables.

Mientras voy metido en mis cosas el coche se detiene.

— Señor más adelante hay un accidente, nos tocará esperar un momento al parecer. —miro hacia adelante y es correcto, algo feo paso porque hay ambulancias y efectivos de la policía.

— ¿No hay otra vía? Necesito llegar pronto a mi destino. —miro de reojo el accidente que se puede ver claramente desde mi posición, un hombre corre hacia el origen de éste. Se ve desesperado, desde aquí siento empatía por él.

— Si señor. —él mira en todas direcciones y como no hay mucho tráfico, o peligro que no sea el de más adelante, retrocede para cambiar  de camino.

Mientras nos alejamos del accidente y conduce con precaución, veo a lo lejos una silueta tambaleante que está bastante alejada del accidente. Al parecer es una mujer, nos acercamos porque va en la misma dirección que la de mi coche, pero en medio de las barreras de metal que separan las vías.

— Acércate a la mujer a ver si necesita ayuda Othelo. —le ordenó a mi escolta y chófer, pero al acercarnos— maldición.. Es ella... ¿qué jodida mierda le ha pasado? ¡Detente Othelo!

En la investigación me entregaron fotos de su actual aspecto, y el parecido con esta mujer malherida y tambaleante son los mismos, lleva la cabeza levantada y la mirada perdida.

Devon (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora