Capítulo 12: No La Toques...

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~Aria~

Suspiro y busco a Angel mientras Mar espera a por una respuesta mía.

Esto no está bien, esta no soy yo, respeto la diversidad pero...

— Mar, te busca Ann.—es la voz de un hombre que no logro ver porque tendría que girarme, y Mar apenas si lo toma en cuenta, su atención está toda en mí. Levanta una de sus manos y la lleva a mi rostro que ya no llevaba el antifaz cubriéndome, ¿en qué momento se me cayó? Sus dedos tocan la piel cerca de mis ojos, pero...

— Ni lo pienses Mar, no la toques. —ella aleja su mano de mi mejilla a regañadientes, y observa al hombre por primera vez.

Maldición, su voz es inconfundible para mí.

— Andaré por aquí si es que te decides. —me dice sin darse por vencida, y luego se va en busca de la tal Ann.

— ¿Así es que has llamado la atención de Mar, eh? —me vuelvo y lo que veo me deja sin palabras. ¡Joder mil mierdas! Se ve hermoso a pesar de su antifaz. El que por cierto no hace nada por ocultar su identidad ante mis ojos. Y maldito destino, porque de todos lo malditos lugares de mi lista tenía que encontrarmelo aquí, es que no habían más lugares a los que él pudiera ir.

— Veo que me reconoces. ¿A qué has venido a un lugar cómo éste? Me pregunto si acaso...

— No te preguntes nada, solo vine por curiosidad.

— Así es que curiosidad... Tal vez esa curiosidad es...

— Literaria, no te confundas. Y ya que vine y sacie algo de mi curiosidad me voy.

— Tal vez deberías quedarte y saciar otra cosa que veo no esta satisfecha. —insinúa con una voz cargada de promesas oscuras. Lo miro mal, se ve tan guapo el condenado aún detrás de ese antifaz, y maldita sea... mi cuerpo aún recuerda el como se siente su toque, sus besos.

¿Será porque es reciente lo que sucedió entre él y tú?  Me susurra una voz impertinente en mi cabeza.

— No, gracias. —trato de esquivarlo pero él me agarra de la muñeca y pega su pecho a mi espalda. Sé que estoy huyendo de él, no estoy lista para lo que es él, pero si él se sometiera... su cuerpo se siente tan bien pegado al mío, tan bien como cuando...
¡Rayos, ya voy con mis pensamientos donde no debo!

— Eres mía, lo oyes, no puedes ni le permito a nadie tocarte.

— No soy tu p*ta posesión ¿me oyes? Y puedo malditamente estar con quién a mí me apetezca. —oh oh, creo que no fueron las palabras correctas, lo trato de empujar pero él se apega más a mí haciéndome sentir su deseo. Ay como extraño su boca en...

— Jefa ya estoy aquí, ufff los hombres de este lugar son muy calientes y todo, pero no van con mi estilo. Jefa me... Oh, lo.. Lo siento si interrumpo...—¡bendita seas Angel que llega a salvarme de mis pensamientos lujuriosos!

— Si, vámonos y no interrumpes nada. —¿intento soltarme de Devon? sí, pero no puedo.

— Me voy con ustedes, solo vine aquí a ver si encontraba un alivio para mi tormento y creo que ya lo he encontrado. —dice mordiendo las palabras.

— Lo siento no me voy con desconocidos...

— Ummm, pero como yo no soy un desconocido, no va a ver problemas. ¿O es que acaso no recuerdas como me secuestraste y ataste a tu cama, acaso no recuerdas como g*mías mientras mi boca...—¡¿Porqué me castigas dios mío, porqué?!

— Cállate. —es un imbécil, pero uno muy cali*nte y buenote. ¡Ay señor, morirán de ahogamiento mis bragas de los húmedas que estan!

— Jefa él es su musa... El hombre que... —maldición ni Angel ayuda mucho, tendré que probar otro método.

— Aún así sigues siendo un desconocido, además como que la propuesta de Mar no suena nada mal, tal vez...

— Tú lo has pedido. —y ahí está, Devon el posesivo señores y señoras, me agarra en volandas echándome como un saco de papas en su hombro. ¡Que se cree este imbécil!

— Vete yo llevo a tu jefa a su depto, total somos vecinos y no me cuesta nada.

— No me dejes sola con él Angel, ¡yo soy tu jefa!

Salimos tan rápido al exterior que apenas el aire me da en la cara, lo que sea que bebí de esa copa que definitivamente no era mía me hace sonreír, diablos ese maldito trago me ha puesto contenta.  Joder, cómo me defiendo de este hombre ahora, ¿O mejor dicho, cómo se defiende él de mí?

— Angel qué haces, vete a casssa...

— Jefa pero si...

—Ay no ttte preocupes porrr mí, estoy biennn, este demonio me llevará al cielo... Digo a mi departamento.—sonrió como una loca por lo que dije. Y aunque mi voz sale normal, esta es mi yo borracha. Joder, estoy perdida, pero se siente tan malditamente bien. Bajo mis manos y toqueteo su espalda, es tan firme.

— Esta bien jefa si usted lo dice la dejo con él, no creo que sea capaz de dañarla o...

— No te preocupes, lo que menos quiero es dañar a tu jefa a pesar del delito que cometió conmigo. Vete tranquila.—le apremia Devon con voz firme.

— Si... —me río y todo me da vueltas porque estoy de cabeza en su hombro— vete Angel, estoy bien. —vuelvo a clavar mis manos en la espalda apetecible de Devon— Tan dura... — digo tocando más y más su espalda, sin ser consciente del doble sentido de mis palabras.

— Así es cariño, ya verás lo dura que está muy pronto...

— Así es cariño, ya verás lo dura que está muy pronto

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Devon (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora