12. Sueño compartido.

1.5K 250 26
                                    

Simplemente sucedió, cuando menos se lo esperó estaba en un sueño. Parado en un paisaje onírico donde podía mirar una casa de bambú, largos tallos de bambú subían hasta el cielo infinito perdiéndose en el aire, o en las nubes frondosas que se retorcían como espirales en el cielo infinito sobre ellos. Un lugar extenso. De Norte a Sur todo era niebla espesa, movediza como la arena en los desiertos que alguna vez miró por curiosidad. Aquellos ojos verdes, tan oscuros como un pantano, tan profundos escondiendo sus temores, nublados por las lágrimas contenidas en sus bellos ojos verdes; esos ojos verdes lo miraban...

Shen Yuan se quedó parado enfrente de Shen Qingqiu, el villano escoria. Un perro que muerde la mano de quien le dio de comer.

-¿Qué haces aquí? -su ceño se frunció apretando el abanico pomposo que sostenía en aquella ilusión. Lleno de lagos cristalinos y tallos por doquier, formando una obra abstracta llena de luz estancada. Como su portador.

-No lo sé, simplemente me vi atrapado aquí, realmente puede que me hayas atraído tú -respondió Shen Yuan rápidamente, mirando disimuladamente el lugar donde se encontraban. Era particularmente muy bonito, era una obra brumosa, contenía colores pasteles, no brillantes pero voluptuosos.

-¿Yo? ¿Cómo podría atraer a un sucio subordinado? -sus ojos se volvían un mar... un mar atractivo y peligroso. Un mar oscuro con olas agresivas, olas mortales que giraban y arrasan con todo.

-Esto puede ser obra de algún Demonio de Ensueño -explicó Shen Yuan pasando de lado a Shen Qingqiu, caminando sin preocupación en aquel sueño onírico.

-¿Qué quieres decir?

-No quiero decir nada en especial. Hay un demonio que vive en los sueños de las personas, atacan un punto débil, pasando todos sus recuerdos e infligiendo dolor significativo en su cuerpo -Shen Yuan caminaba por un sendero que era iluminado por una extraña luz que venía de todas partes, como un caleidoscopio de cristal que reflejaba cada pequeña partícula de luz, creando un arcoíris minúsculo frente a sus ojos color verde agua.

-¿A dónde vas? -gruño Shen Jiu.

¿Por qué caminaba aquel idiota como si ese fuese su sueño? ¡Él se había colado!

-Avancemos, debemos encontrar aquel demonio, ¿o prefieres que viva en tus sueños para siempre? -dijo Shen Yuan a mitad del sendero surreal, mirando desde el puente de piedras el lago que tenía debajo que desaparecía cuesta abajo. La niebla se volvía espesa, dejando cubierto el final del lago de cristal.

-Bien -aceptó con enojo sacudiendo el pomposo abanico que le fue otorgado.

Ambos caminaron por el puente de piedras porosas, mientras detrás de ellos la imagen del lugar de bambú se iba esfumando poco a poco, dejando un espacio en blanco en lo que antes era un lugar de maravillas. Mientras más avanzaban el canto de golondrinas y el susurro de algo iba incrementando a medida que ellos se acercaban a unas puertas gigantes color blanco y flores rojas adornando la entrada. Shen Jiu parecía indiferente a aquel cambio de escena drástica, sus ojos se posaban en los rosales y diseños de la puerta de metal. Largos tallos con espinas, flores blancas que poco a poco se tintaban de rojo.

—¿Deberíamos entrar? —preguntó Shen Yuan acercando su mano a la perilla en forma de rosa que se encontraba en la puerta.

Shen Qingqiu no respondió, sumido en los detalles destellantes y vivos, lo brillante que se volvía cuando Shen Jiu se ponía tenso. Reía descaradamente en sus oídos, gritando; '¡Mierda de perro!', sus ojos se volvieron a abrir mostrando el terror y asco en su mirada. Su mano se apretó alrededor del abanico y su mandíbula se abrió, pronunciando con odio:

—No —las puertas de la mansión Qiu estaban frente a él. Aquellas puertas metálicas que tanto odiaban estaban en su sueño, riéndose de él a carcajadas, burlándose de su cuerpo tembloroso. Mirándolo con desprecio incluso si se escondía detrás de su abanico, apuntándole sin tener brazos con disgusto, y susurrando la misma mierda de siempre...

Esclavo.

—Debemos entrar, si no lo encontramos puede que quedemos atrapados aquí para siempre —intentó convencer Shen Yuan tomando la perilla y girando levemente de ella.

—¡No te atrevas! —el grito de Shen Qingqiu dejó por unos momentos aturdido a Shen Yuan, sin embargo, las puertas estaban abiertas.

El sonido del viento retumbó en sus oídos. Sus ojos por fin miraron el interior; los rosales crecían en una pradera, una pradera venenosa, llena de espinas. En medio, Shen Jiu pudo verse a él mismo, sentado entre el rosal mirando sus propias manos sin levantar la vista, a su lado... Qiu Jianluo.

[Autora: *Deja esto y se va a hacer el proyecto*]

Evil And Purity[Shen Jiu X Shen Yuan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora