Obsessed | Larry Stylinson. [TERMINADA]

×8×

Su familia entera se encontraba arreglada para salir, Louis frunció el ceño puesto que eran casi las diez de la noche.

"¿A dónde van?" Preguntó el castaño.

Su madre se acercó a besar su mejilla y la de Harry. Se veía apurada.

"Tu abuela enfermó, está en el hospital"

Louis abrió mucho los ojos. No podía ser que pasara otra desgracia ese día, no lo soportaría.

"¿Qué?"

Harry lo abrazó por los hombros.

"No es mi madre, es mi suegra. No te preocupes, todo estará bien." Aclaró Johannah. "Llevaremos a las gemelas con los tíos."

"Mamá, pero... ¿necesitas que te acompañe?" Preguntó preocupado el castaño.

"Tengo el carro, puedo llevarlos si es necesario." Ofreció Harry intentando ayudar.

Su madre sacudió la cabeza en negación.

"No, no. Puedes quedarte aquí, mañana debes ir a la escuela, ¿no?" Louis asintió lentamente. "Está bien, entonces quédate."

"Dale, pero avisame de todo, por favor." Pidió Louis.

Su padre llegó desde la segunda planta y abrazó a Louis.

"Todo estará bien, papá." Prometió el castaño en el abrazo.

Su padre asintió en silencio y saludó con la mano a Harry. Antes de que salieran de la casa, Johannah se detuvo en la puerta y miró a Harry.

"Querido, ¿podrías quedarte con Louis esta noche?" Preguntó con ojos de ilusión.

Harry miró a su novio, quien lo miró con labios apretados, no entendió esa expresión pero asintió rápidamente.

"Por supuesto, Jay. Me quedaré con él."

"¡No hagan nada cochino! ¡No quiero ser abuela todavía!" Dijo señalandolos antes de cerrar la puerta.

En otro momento, hubiera sido una broma con la cual hubieran reído pero ambos se quedaron estáticos, viendo la puerta como dos entes.

Una hora más tarde, Louis y Harry estaban acurrucados en la cama del castaño mientras el rizado acariciaba los cabellos ajenos. Louis no podía dormirse, con dos preocupaciones en su cabeza, estaba más que alerta.

"Debes descansar, Lou." Aconsejó Harry.

"No tengo sueño." Respondió contra el pecho de su novio.

"Mañana morirás de sueño."

"Eso espero."

Harry se separó de golpe.

"¿Qué?"

"Nada, olvídalo." Louis intentó acercarlo otra vez.

"No vuelvas a decir eso." Advirtió esquivando la mano del castaño. "Si tu no estás, yo no podría seguir."

Louis lo observó arrepentido.

"Perdón, amor. Estoy diciendo locuras por la tristeza."

"Prométeme que no harás locuras."

"Sí, Hazzie. Te lo prometo."

"Bien." Harry besó la frente de Louis. "Ahora duérmete."

El castaño cerró sus ojos y volvió al pecho de su novio.

"Por favor, abrázame más fuerte."