Obsessed | Larry Stylinson. [TERMINADA]

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Los ojos esmeralda de los que estaba profundamente enamorado lo veían desde abajo, llorosos y suplicantes. Louis también lloraba.

"Por favor, no sé qué me sucedió. Yo... por favor, perdóname." Pidió con desespero el rizado.

"No puedo perdonarte tan fácilmente, me hiciste daño." Declaró el castaño.

Aunque en el fondo quería tirarse a sus brazos y besarlo, y decirle que lo amaba y que nada importaba si estaban juntos. Luego recordaba cada cosa mala que Harry había hecho con Louis, y su corazón se quebraba un poco más.

"Vuelve, Louis." Sollozó Harry apoyando su frente en las manos del castaño.

Louis suspiró temblorosamente. El hombre arrodillado frente a él le estaba suplicando hasta el punto de casi convencerlo, pero su conciencia le decía que no, que lo mandara a la mierda y no volviera con Harry.

"No, me quedaré unos días aquí. Luego hablaremos qué pasará con nosotros." Sentenció con todas las fuerzas de su interior.

Su madre lo había recibido, no muy convencida de que dejara a Harry solo en el apartamento porque Johannah decía que lo que se debía hacer era luchar por la relación y mucho más si ellos se amaban, pero Louis no tenía fuerzas para luchar solo.

"No puede ser." Susurró Harry y se inclinó aún más poniendo su rostro entre sus manos. "Me vas a matar de tristeza, Louis."

"No estoy terminando contigo. Sólo hay que pensarlo mejor."

"¿No me amas?" Preguntó dolido levantando La cabeza.

El castaño se ofendió ante la pregunta. Él amaba con su alma y cuerpo al rizado, lo amaba tanto que le dolía respirar un aire donde él no estuviera.

"No digas eso, sabes que no es así." Dijo Louis. "Por favor, ve a casa y hablaremos mañana."

Harry se fue en su auto diez minutos más tarde, con los ojos llorosos y la nariz hinchada.

Había hablado con su madre y le pareció increíble, incluso descarado el que la mujer se haya puesto de lado del rizado. Louis sabía que tenía la razón esta vez.

"No lo defiendo, hijo. Pero es normal que tenga celos, tiene miedo de perderte."

Louis negó con la cabeza, desaprobando.

"No, mamá. Yo siempre le he demostrado que puede confiar en mí." Sé defendió.

"Igual debes permitirle hablar. Ustedes se aman." Insistió la mujer.

Y sí, Louis hablaría con su novio, pero las cosas cambiarían a partir de ese momento.

Louis llegó al apartamento que compartía con Harry luego de dos días durmiendo en casa de su madre y sintió una opresión en su pecho. Los recuerdos de aquel lugar eran malos para su bienestar.

"Lou." Saludó el rizado.

Harry casi corrió hasta el castaño.

"¿Cómo estás?"

"Bien, ahora que volviste." Harry respondió mirando la pequeña maleta de Louis en su mano.

El castaño apretó sus labios. La verdad había vuelto porque su madre casi lo corrió de su casa para que volviera al apartamento con Harry.

"Bien. Entonces debemos hablar." Contestó Louis en tono serio.

Harry asintió y ayudó a su novio con la maleta, lo acompañó hasta el sofá y se sentaron unos frente al otro. Louis suspiró pesadamente.

"Te escucho." Animó el rizado.

"Mira, Harry... tengo muchas condiciones para seguir con esta relación, y sólo si estás dispuesto a aceptarlas podríamos intentarlo."

"Haré lo que sea, amor." Aseguró tomando las manos ajenas entre las suyas.

Louis miró sus manos entrelazadas y su pecho tembló.

"No aceptaré más tus celos, porque son enfermizos y me hacen daño. Tú me haces daño." Comenzó a hablar, los ojos de Harry cambiaron viendose culpable. "No quiero que te pongas violento cuando discutimos, y yo prometo no volver a golpearte como lo he hecho."

Harry asintió lentamente, bajó la cabeza mirando sus manos juntas también. Se veía tan apenado que Louis llegó a sentirse más triste.

"No quiero secretos, debemos contarnos todo." Continuó. "Y también darnos espacio, no podemos estar siempre juntos. Además de ser pareja, somos humanos y necesitamos privacidad."

"Sabes que me gusta estar contigo, yo... no me siento bien si no te tengo junto a mí." Se excusó el rizado. "Estos dos días en los que no estuviste aquí, me sentí vacío."

"Lo entiendo, también disfruto estar contigo, Hazz. Pero ambos tenemos amigos, puedes salir con ellos sin mí, y también yo puedo hacerlo, no está mal." Explicó con tono suave.

El rizado acarició los nudillos de Louis y asintió derrotado.

"También... y esto es una sugerencia, tienes total libertad de elegir hacerlo o no, también quiero que busques ayuda psicológica." Sugirió.

Harry subió su mirada y miró a Louis con el ceño fruncido.

"¿Estás diciendo que estoy loco o algo así?" Preguntó ofendido.

Louis negó.

"No, no estás loco. Pero necesitas trabajar en la inseguridad con la que vives. Tu no puedes seguir por la vida pensando que te voy a engañar o que ya no te amo."

"No, Louis, eso no lo acepto." Se negó rotundamente.

Harry soltó las manos de Louis y se levantó del sofa, comenzó a caminar por todo el salón como un lobo a punto de cazar.

"Está bien, pero sabes que no toleraré un altercado más por tus celos."

"¡Bien!" Harry alzó los brazos. "Pero resolveré eso que tu llamas inseguridad yo solo, no iré a un loquero."

Louis suspiró y rodó los ojos. Se frotó las piernas antes de pedir lo último.

"Una cosa más." Dijo y Harry giró para verlo. "Quiero mudarme."

"¿Por qué?" Preguntó confundido el rizado.

"Ya no soporto vivir aquí, todo me hace daño." Explicó Louis un poco avergonzado.

Harry se arrodilló frente a su novio, este le hizo un espacio entre sus piernas y se miraron por unos segundos a los ojos.

"¿Es por Mar?"

"Sí, Harry." Aceptó.

"Está bien. Nos mudaremos a la luna si lo quieres."

"Gracias."

Louis abrazó a su novio por el cuello, Harry le rodeó la cintura con sus fuertes brazos.

"¿Entonces volverás a casa?" Preguntó Harry con ilusión.

Louis suspiró profundamente.

"Sí, siempre." Contestó contra el cabello de su novio.

Y Harry pudo respirar tranquilo por primera vez luego de dos días. Su amor volvía a él, y está vez quería hacer las cosas bien.