✧El Líder✦
Ambos se quedaron tirados en el piso por la sorpresa, se habían vuelto a encontrar después de casi un mes y en estas circunstancias. Baji aflojó el agarre dejando que Alma se moviera un poco, al fin y al cabo, él estaba apretando su cuerpo contra el de ella y eso los puso muy incómodos a los dos.
-Cuando dijiste que te ibas a encargar de la situación pensé que iba a ser de una manera sutil- Apareció Thomas entre la multitud y estiró su mano para que Alma se pare-. La gente no los deja de mirar y muchos están asustados.
-Que se vayan si hay algo que les moleste. Están en la fiesta de una pandilla, no cantando y bailando en una Karaoke- Dijo Alma enojada mientras limpiaba su ropa.
-Baji, ¿conoces a esa loca?- Se acercó Draken a ayudar a su amigo.
-¿Qué te pasa jirafa?, ¿se te congelaron las neuronas con el frío que debe hacer allá arriba?- Dijo Alma señalando la cabeza de Draken.
-¿Todavía tenes ganas de que te revuelquen en el piso?- Avanzó Draken hacia Alma.
Thomas y Baji se interpusieron en el camino de ambos. La tensión en el ambiente se notaba, los que estaban más borrachos no se percataron de lo que sucedía a su alrededor, algunos de los invitados se comenzaron a ir de la fiesta, no querían estar ahí si había un conflicto entre pandillas. Mientras que los miembros de la Latin Gang pudieron distenderse un poco cuando observaron que Thomas y Alma se estaban encargando del asunto.
-Bueno, vamos a tranquilizarnos un poco- Habló Thomas-. Ustedes dos tienen que ponerse hielo en la cabeza- Señaló a Alma y a Baji-. Y ahora nos encargamos de tu herida- Le dijo a Mitsuya.
-¡Ey!- Alma le gritó a un miembro de la pandilla que pasaba por ahí-. Andá al baño del primer piso, agarrá el botiquín de primeros auxilios y llevamelo a la cocina- Le dijo en un perfecto español.
-¡Como usted ordene Capitana!- Respondió el chico y salió disparado a buscar lo pedido por Alma.
-Bueno, pueden pasar a mi casa- Dijo Alma mirando a los miembros de la ToMan-. No les voy a cobrar la entrada por los daños que les causé- Dijo a modo de broma.
Los cinco chicos siguieron a Alma y a Thomas entre la multitud, todos se habían olvidado de ellos, ya no sentían la mirada clavada en su nuca. No sabían qué había pasado, pero ahora que Baji había reconocido a Alma en aquel lugar podrían obtener la información por la que habían ido.
-Alma- Habló Baji mientra le tocaba el brazo para llamar su atención-. Necesito hacerte unas preguntas.
-Todos vamos a necesitar respuestas- Le respondió fríamente-. Y no me llames por mi nombre, todos acá me conocen como CC, mientras más rápido te acostumbres mejor.
Baji no la reconocía, no sólo su apariencia física había cambiado. La Alma servicial y tranquila que había conocido aquella vez no estaba, en su lugar había una Alma pedante y conflictiva; esto reforzó la idea de Baji sobre la misteriosa actitud y forma de ser de la joven.
Todos entraron a la casa y se dirigieron hacia la cocina, un ambiente espacioso y de un puro color blanco se hizo presente delante de ellos. La cocina tenía variedad de electrodomésticos dispersos por la mesada y una amplia isla en el medio de la habitación. El lugar quedó vacío en dos segundos cuando Alma hizo un rápido movimiento con la mano indicando que se fueran.
-¿Mitsuya, verdad?- Él asintió-. Sentate acá que voy a curarte la herida- Le dijo Thomas mientras tomaba el botiquín que le habían traído.
Thomas daba miedo, pensaba Alma mientras miraba como este le daba órdenes a Mitsuya. Alma lo respetaba, era uno de los más grandes de la pandilla con sus dieciocho años recién cumplidos. Se preguntó si ella había tenido la misma cara que Mitsuya cuando vió por primera vez a Thomas, su metro noventa y cara de pocos amigos asustaba a muchas personas y eso era algo que él utilizaba a su favor.
Los ojos azules de Thomas se concentraron en la herida de Mitsuya, eran tan claros como el cielo. Algunos pensaban que eran lindos, pero cuando en una pelea se clavaban en su oponente, este podía sentir verdadero el terror; con una simple mirada podía expresar lo que sentía y enterrarte cuatro metros bajo tierra. A pesar de ello, su finos rasgos y su cabello largo y negro le daban cierto toque angelical.
La joven avanzó hacia el refrigerador, sacó varios hielos para meterlos en dos bolsas y hacerles un nudo para que nada cayera al piso, le acercó uno de sus inventos a Baji. Alma se sentó en la isla de la cocina mientras apretaba la bolsa de hielo en su cabeza y guardaba silencio. El piso estaba sucio y pegoteado con bebida, latas vacías decoraban la cocina y la mesa del living, mañana iba a tener un día duro de limpieza.
-Alm...- La joven levantó la vista y lo miró mal-. Digo, CC- Se retractó Baji mientras se acercaba y recostaba en la mesada frente a Alma-. ¿Estas molesta?
-Si, no estaba entre mis planes volverme a cruzar con vos- Le dijo Alma.
Baji guardó silencio por unos minutos, incómodo ante la confesión de la muchacha. Mitsuya ya estaba curado, no era una herida de gravedad según lo que le había dicho Thomas. Él miró como sus cuatro amigos se sentaban en el sofá del living y charlaban animadamente.
Baji se sentía un poco responsable por lo ocurrido hace unos minutos, si él hubiera llegado antes y se hubieran ido a tiempo nada malo hubiera pasado. Sus amigos no habrían pasado un mal momento, Mitsuya no estaría lastimado y ni él, ni Alma, estarían poniendo hielo en sus cabezas en un intento de terminar con el dolor y la inflamación.
-No te sientas responsable- Su cara de preocupación lo había delatado-. Si bien ustedes no tendrían por qué estar acá, la única responsable soy yo.
-Perdón- Habló Baji después de unos minutos de silencio-. Perdón por lastimarte.
-Era una pelea, alguno de los dos iba a salir lastimado- Le respondió sin ánimos-. Igualmente, no era mi intención lastimar a nadie. Estamos en una fiesta, no quería que las cosas terminaran así- Suspiró-. Perdón.
-¿Capitana?- El chico al cual Alma le había pedido el botiquín se volvió a acercar a ella.
Ambos detuvieron su conversación ante la llegada del joven.
-Noah, ¿qué pasa ahora?- Dijo Alma con cansancio notorio.
-El líder quiere verlos, a los cinco invitados también. Los espera en la sala de reuniones.
-Me parece que van a retar a alguien- Thomas apareció con una sonrisa burlona y le tiró del pelo a Alma.
-¿Me vas a dejar de molestar en algún momento?- Alma le tiró por la cabeza la bolsa con los hielos ya derretidos-. Lo ves todo serio y haciéndose el adulto pero es un tonto de dieciocho años que se cree gracioso- Le comentó a Baji.
。。。
Los siete emprendieron el camino hacia donde estaba el líder de la Gang Latina, los chicos de la ToMan caminaban en silencio detrás de Alma y Thomas, quienes los guiaban por los intrincados pasillos de la casa. Alma bajó la velocidad de su caminar para acercarse a los chicos.
-Quería pedirte disculpas por lo que te hice- Le habló a Mitsuya-. No me di cuenta que estaba apretando tanto, no quise lastimarte. Tendrías que haberme golpeado.
-No podría golpear a una mujer- Dijo dando su característica amplia y bella sonrisa.
Continuaron caminando hasta llegar hasta el final del pasillo, una gran puerta negra se hizo presente delante de ellos. La sala de reuniones era la habitación donde los padres de Alma trabajaban cuando se encontraban en la casa, pero al estar de viaje la sala siempre estaba vacía, por lo que la usaban para las reuniones privadas del líder y los capitanes.
-En un enfrentamiento no podes dejar de defenderte solo porque te esta atacando una mujer- Respondió seria-. A parte, me estás subestimando. Podría haberte dejado inconsciente de un solo golpe.
-Esta hablando en serio. Es un animal cuando pelea- Una voz nueva se unió a la conversación.
La puerta se abrió de repente, un hombre vestido con traje se colocó delante de ellos. Una espesa barba negra cubría su rostro, lentes de un grueso marco negro hacían resaltar sus ojos verdes; aunque su delgado cuerpo denotaba la falta de actividad física, su estatura, similar a la de Thomas, daba miedo.
-Los estaba esperando- Habló de nuevo con su gruesa voz.
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𝕃𝕒𝕫𝕠𝕤 ໒ 「Tokyo Revengers x Oc」
Ficção AdolescenteAlma, una joven y audaz latina, en conjunto con sus amigos, se sumergen en el mundo de las pandillas para dar sentido y peso a sus vidas en el extranjero. Pero protegerse a ellos y a sus seres queridos no es fácil en un país donde son señalados sola...