𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 8.
𝐓𝐮 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐞𝐬 𝐦𝐚́𝐬 𝐩𝐫𝐞𝐜𝐢𝐚𝐝𝐚, ¿𝐍𝐨?┉┅━━━━━━☠︎━━━━━━┅┉
La muerte es para todos igual, y tú serás la muerte.
Mikasa despertó con la misma cavilación precedente a dormir. ¿Por qué un asesino permite a su víctima vivir? Pues claro, había despertado con vida. Pecaba en lo absurdo. Era un razonamiento obvio que hasta un niño podría realizar sin complicaciones. Sin embargo, una parte de sí creyó que despertaría en una oscuridad plena y claustrofóbica, en el más allá o en el mundo intangible del paraíso y la paz encarnada en un cielo magistral. Empero, al abrir sus ojos comprendió su situación. A un costado, Eren dormía como un gato cansado, la respiración en un sube y baja constante. Al abrir sus ojos, la recibió, además del hombre, un cielo grisáceo detrás de la claraboya, no el cielo paradisíaco estimado. La decepción fue innata. Eren tenía la respiración pesada. El pecho le subía y le bajaba como surcando una montaña dificultosa. La respiración generaba una melodía ruidosa y caótica. No eran ronquidos, pero sí como si le costara respirar. Mikasa ignoró a Eren, trató de inclinarse hacia delante para ver sus piernas, al súbitamente recordar el evento la noche anterior. Por fortuna, el dolor había cesado, aunque todavía le cosquilleaba una molestia en sus muslos. Vendas se arroparon alrededor de sus piernas. Sus muslos eran los más recubiertos. Le extrañó, pues, ¿Quién había sido? Eren no tendría la habilidad para hacerlo. Era producto de alguien más.
Estaba muy confundida.
Le dolía recordar.
Agradeció el hecho de estar vendada. Sus heridas ya no dolían, y podía tolerarlo. El vago sueño había desplazado el dolor de cabeza y el bombeo insoportable continuo. El sueño todo lo arreglaba, después de este, despertó compuesta.
Eren no se encontraba durmiendo. Recayó en la cuenta de que era muy fácil saberlo y la había engañado elegantemente. Había sido una actuación para confundirla, sólo hacía como que dormía, sigiloso y astuto como un cocodrilo en la ladera esperando a la presa. No había dudas de que se encontraba alerta evaluando la situación. Dejó que su respiración subiera y bajara pesadamente a propósito. Los ojos sellados eran sólo una fugaz apariencia. Mikasa estimó que Eren no quería verla, pero aquello sembraba una nueva duda. ¿Por qué durmió con ella? ¿Por qué la llevó a su habitación? Lo cierto era que se encontraba sospechosamente atento a Mikasa. Y por precaución, la pelinegra no se atrevió a moverse cuando se enteró de que Eren fingía dormir.
Pero, al cabo de un rato, no pudo seguir fingiendo. Se giró y miró a la claraboya. Estrellas no podrían vislumbrarse en el firmamento grisáceo. Sin embargo, no pudo sacar la vista del deprimente panorama.
—No podrás caminar por un tiempo —comenzó. Mikasa se exaltó, no obstante, no apartó la mirada de la claraboya—. Fueron graves. Rompí carne, carne real.
—¿Vino alguien?
—Te atendió un médico —comentó a la ligera. Mikasa volvió a exaltarse, esta vez, en compañía de una rigidez mortal. Alguien más la había visto. Ella, y al terrorífico desastre generado en la antecámara. El burdeo del vino derramado en el inmaculado linóleo, la copa rota, la sangre. Eren se percató del entrecejo fruncido y la expresión alarmada de la mujer—. Es de confianza. No dirá nada. Siempre ve.
—¿Siempre ve?
—Sí. No es un médico cualquiera. Ha estado aquí algunas veces, y me ha visto asesinar. Digamos que le gusta.
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UNDER YOUR SKIN. {EREMIKA}
Fanfiction"Soy un monstruo." A las tantas de la mañana, una casa es asaltada por un bandido sin rostro identificado. Roba y asesina a un hombre de edad ya mayor. A punto de irse, un crujido de madera lo alerta. Es ahí, en la espectral oscuridad, que encuentra...