𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 1.
"𝐒𝐨𝐲 𝐔𝐧 𝐌𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨."┉┅━━━━━━☠︎━━━━━━┅┉
“Soy un monstruo”.
Pareciera que estaba grabado en sus orbes. Soy un monstruo, una y otra vez la sentencia volvió a escupir a su rostro. Eren no era un imbécil, podía entender por qué era visto como un monstruo ante las noticias, por qué le atribuían un pavoroso nombre: El Loco Asesino. Eren podía entender por qué muchas de sus acciones eran consideradas enfermas o deliberadas, dignas de un monstruo. Eren podía entender, pero sólo limitarse a entenderlo, no sentirlo. Una parte de sí yacía muerta. Eren no podía empatizar con quienes les había destruido la vida. Era más, no podía simpatizar con ellos si consideraba que había actuado tan bien. Era una purga, gente como ellos no debían existir en el mundo, y era tan sencillo como deshacerse de ellos de la forma más brutal habida. Fuera como fuera, el mismo Eren se comportaba muy extraño consigo mismo en ocasiones. Ocasiones como la de ahora. Se miraba en el espejo y se escupía reiteradas veces, una y otra vez: soy un monstruo, soy un monstruo, soy un monstruo.
Un millar de veces escuchándolo de su propia lengua lo había inducido a creer que no habría nadie más en la tierra capaz de igualar al monstruo que era él. La profundidad ensombrecida de sus ojos era tan abismal como imposible de repetir. Eren podría sentirse orgulloso de ser el único cuyos orbes fueran abismales agujeros hambrientos.
Eren estaba hambriento, hambriento de venganza, podría decirse. Otros asesinaban por poder, por obtener gloria, por control. Eren no escapaba de esto, pero guardaba un notable As bajo la manga, algo que los demás no tenían. Venganza. Eren lo hacía por poder, sí, por gloria, por control, sí, pero también por venganza, y esta era la más fuerte de todas las otras inspiraciones. Musas malévolas.
Eren no hacía muchos reparos morales o éticos. Miraba directamente a los ojos de un asesino serial. Alguien severamente descriteriado y enfermo. Sangre fría con todos sus asesinatos. Brutal, desorganizado, creativo. No era de negar que Eren portaba un refinado sentido de la belleza y creatividad con sus víctimas. Adornaba los cuerpos con maquillaje. Cierta vez decapitó a alguien y se dio el tiempo de maquillarlo para luego dejarlo en la puerta de entrada de la casa. Era de esperarse que su apodo más conocido en la televisión cuando su caso explotó fue el de: El Loco Asesino. Cómico fue que el caso por el que explotó a los medios su apodo, fue precisamente debido a este caso. Pero como se había dicho, Eren no hacía reparos en sus cometidos. De algún modo, con morbosa perversidad. Le halagaba ser considerado un asesino, él mismo, todas las noches de cacería al volver a casa, perduraba unas buenas horas mirando su reflejo en el espejo, observando cómo luego de unos minutos de oscuridad y fija contemplación, sus rasgos comenzaban a desfigurarse hasta convertirse en un rostro diabólico. Le brindaba un tipo de júbilo inexplicable. Eren amaba sentirse buscado, amaba hacerse famoso por sus asesinatos, amaba sentir que otra alma más había sido arrebatada por su mano, que otra gota de sangre había sido derramada al mar de sangre ya recaudada de sus antaños asesinatos.
El Loco Asesino no había sido identificado. Eren guardaba la compostura, y ejercía bajo la modesta apariencia de trabajador en la empresa de automóviles de su hermano, Zeke Jaeger. Fue en parte por ello que Eren nunca había sido atrapado. Su hermano sabía de sus asesinatos y los seguía a raya y a tabla, y los encubría según pudiera, extorsionando, sobornando o manipulando los medios. Zeke tenía un potencial tremendo en el crimen organizado, y una sagaz inteligencia para moverse en el mundo de los medios como un pez en el agua. Zeke era casi tan culpable como Eren en el negocio, encubriendo cada movimiento impetuoso de su hermano menor. La familia Jaeger tenía un gran y extenso patrimonio. Zeke había heredado la empresa de su padre. Aunque Grisha oficialmente continuaba como el fundador y jefe. Grisha Jaeger había sido un prolífico político en su tiempo, y ahora trabajaba a tiempo completo en la justicia como abogado. Carla Jaeger, su madre, era ahora la cabeza del mundo político. Era una aclamada ministra de salud. Y Eren, el ayudante de su hermano mayor en la empresa de automóviles Jaeger. A Eren nunca le interesó conseguir un puesto de trabajo renombrado. No le interesaba la política, no le interesaba la salud, no le interesaba la ingeniería, y por supuesto, menos la justicia. Había sido el niño desviado. A Eren sólo le interesaba matar.
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UNDER YOUR SKIN. {EREMIKA}
Fanfic"Soy un monstruo." A las tantas de la mañana, una casa es asaltada por un bandido sin rostro identificado. Roba y asesina a un hombre de edad ya mayor. A punto de irse, un crujido de madera lo alerta. Es ahí, en la espectral oscuridad, que encuentra...