Capítulo uno: Karma

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Si pudiera escoger estar muerto o no, en este momento.

Sasuke escogería morir.

Esa mañana, arregló su cabello mientras se miraba al espejo, hace una mueca con su boca al notar sus ojeras, pero no hay solución, no ha dormido desde el accidente, le resulta imposible cerrar los ojos y no imaginar a sus padres muriendo.

Incluso si fue hace tres meses, no logra creer que sea verdad.

Fue un accidente de auto, que terminó en consecuencias fatales para toda su familia. Sus padres muertos y su hermano en coma.

Siendo sincero, deseaba haber estado con ellos y terminar con su existencia sin sentido. Pero no fue así y ahora tiene que ser fuerte y proteger lo único que le queda.

A su hermano.

La familia Uchiha estaba bien posicionada en la sociedad. Jamás le faltó nada, ellos lo cuidaban como si fuera un tesoro, hasta que después de su muerte, notó que no todo era perfecto, que sus padres, en su infinito amor, no le habían contado los problemas y deudas que tenía la empresa familiar.

Su hermano debería haber quedado a cargo de la empresa, de las deudas, de todo. Era un alfa capaz de resolverlo, con una sencillez envidiable. Siempre fue así, pero cuando pasaron los días y él no despertó.

Los bancos, los inversores, todos intentaron quedarse con lo que quedaba.

Ahora no posee nada, quedó completamente a merced del mundo, de ese que sus padres tanto lo habían querido proteger.

¡Qué ironía!

Quien no quería seguir vivo, tuvo que aferrarse a la vida.

Y ellos, que merecían vivir, tuvieron que irse.

Despejando sus pensamientos, trató de arreglar su camisa arrugada. No tiene dinero para comprar un traje y lucir presentable. Se supone que hoy debe asistir a citas de trabajo y su apariencia no es la mejor.

Pero se presentaría en pijama de ser necesario.

Necesita dinero con urgencia o no podrá apoyar la recuperación de su hermano. Las deudas se acumulan y, si no paga, tendrá que sacar a Itachi del hospital.

¿Cómo podría permitir eso?

Por desgracia, ya no le queda dinero. Todo lo que consiguió en su anterior trabajo fue gastado en la habitación que usa y en los pagos atrasados del hospital.

Así que es comer o trasladarse.

Obviamente, escogió trasladarse, necesita un trabajo con salario alto o, por lo menos, uno donde no lo despidan tan rápidamente.

Ambas cosas se están volviendo algo imposible estos días.

Siempre hay un motivo, ya sean sus feromonas que incomodan a los demás, su actitud o que no le abre las piernas al jefe. Sea cual sea, no tardan mucho en despedirlo.

Y aunque quisiera sentirse triste o avergonzado, no tiene tiempo porque debe salir y seguir intentando ganar dinero.

Cuando llega al lugar, que es un restaurante de comida rápida. El jefe es un hombre beta, lo sabe por su falta de aroma, de edad media y de sonrisa amable, pero sabe que confiar en eso es algo peligroso. Siempre se muestran de esa forma.

Una amabilidad sutil y engañosa.

Él revisa sus documentos, parece meditar y tomar su tiempo, inevitablemente comienza a ponerse nervioso, lleva toda la semana buscando trabajo al perder el último, está cansado física y emocionalmente.

KarmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora