Capítulo veintinueve: Lo que es correcto

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Nota: ¡Hola! Dios mío, perdón por todos estos meses de espera.

Se me cae la cara de vergüenza y pavor porque sé que muchos abandonan las historias. Así que a los que se quedaron, muchas gracias.

Además, finalmente, ahora sí, finalmente la historia está por terminar.

Si todo va como lo tengo planeado, están leyendo el penúltimo capítulo.

Espero les guste y me dejen saber que les pareció.Lamento las faltas de ortografía y cualquier error, si alguno no duden en comentarlo.

¡Nos leemos en las notas finales!






Sasuke parpadeó somnoliento. Tenía que levantarse y preparar el desayuno para el alfa, pero su cuerpo estaba pesado. Abrió los ojos y tocó suavemente su pecho.

No era su cuerpo el que estaba pesado, era el de Naruto.

"No me dejas respirar". Susurró acariciando suavemente el cabello rubio.

Fue una caricia nostálgica, es cierto que nunca fue muy cariñoso, pero sintió que el tiempo en que no le dijo que lo amaba había sido excesivamente largo.

Además, el tonto estaba profundamente dormido, lo cual era una ventaja. Naruto se movió, así que detuvo la caricia, avergonzado de ser descubierto con las manos en el zorro.

Levantó la cabeza solo lo suficiente para observar su rostro, tenía marcas rojas en su mejilla, la nariz colorada y ojos hinchados por dormir demasiado. Aun así, su mirada era seria, tanto que asustaba.

"Ya no tienes almohadas en el pecho". Comentó con una seriedad increíble. "No es nada cómodo dormir aquí".

El omega arrugó el entrecejo divertido y enojado, el alfa frotó su mejilla áspera contra la piel sensible... tan cerca de su pezón hinchado.

Se aclaró la garganta, repentinamente nervioso, tenía las mejillas ardiendo y sabía que el hombre rubio podía escuchar sus latidos acelerados.

"Debemos levantarnos". Dijo apresurado.

Escuchó un suave ruido de molestia, lo entendía, tampoco quería dejar ir esto, pero las responsabilidades de Naruto no podían detenerse más días, una semana era tiempo suficiente para descansar. O si no, serían demandados por la esposa de Shikamaru.

"Tengo que comer, si quieres que mi pecho sea suave para dormir". Comentó seriamente, con una leve arruga en el entrecejo.

Dando una risa, el alfa se levantó apoyando sus manos a cada lado de su cabeza, mirándolo desde arriba, le dio una sonrisa grande y maravillosa, arrugando sus ojos azules, con diversión y coquetería.

Sasuke se quedó sin aliento frente a su atractivo.

"¿Los amigos tienen ese tipo de derechos?" Preguntó elevando las cejas. Sasuke apretó los labios para no sonreírle. Con las mejillas sonrojadas, y una mirada esquiva, pensó sobre ello.

Esa mañana, mientras Naruto se bañaba, el omega a escondidas consumió sus medicamentos. A pesar de que sabía las consecuencias, lo hizo. Ya era muy tarde para detenerse, su tratamiento había empezado el mismo día en que los recibió.

Pensando en ello, esto era su manera de demostrarle que podía confiar en él por completo, después de este celo, finalmente su lazo sería irrompible.

Y lo hacía porque no importaba cuál fuera el resultado, confiaba en Naruto, él haría lo mejor para ambos.

Su hijo se abrazó a su cuerpo mientras Sasuke preparaba el desayuno. Su espalda era pequeña, y tibia, amaba abrazarlo. El pelinegro lo meció sobre su hombro y el bebé durmió largamente, el omega sentía su respiración, su palpitar tenue pero constante contra su palma.

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