Karma

Capítulo diez: Libertad emocional

NOTA: ¡Hola! me alegra mucho estar actualizando por que después de este capítulo muchas van a odiarme y por diferentes razones. Es broma, bueno tal vez no.

En fin, el capítulo esta recién finalizado, lo revise muchas veces pero siempre hay algún detallito que se me escapa. De ser así, espero me lo hagan saber para poder arreglarlo.

Además de eso, espero les guste el capitulo. ¡Nos leemos en las notas finales!

¿Naruto sería el último pensamiento antes de morir? No debía ser de esa forma. Había más, pero no lograba entender por qué no podía recordar. ¿Estaba olvidando algo?

¡Itachi! Exclamo entre la bruma en que se encontraba. ¿Qué sucedería con su hermano si actuaba como un cobarde?

Clavo las uñas en los brazos del hombre tratando de herir lo más posible, intento zafarse moviendo su cuello y agito sus piernas para intentar sacarlo de encima.

No podía rendirse, no así, su muerte no dejaría libre a Naruto, solamente intentaba liberarse a sí mismo. No pagaría sus pecados, huiría sin hacerlo. Por eso, con fuerza agito sus brazos golpeando al otro para que las manos en su cuello aliviaran la presión.

El secuaz claro que ayudaría con su muerte, pensó rabioso. Era obvio que Danzo no se quedaría quieto y mandaría a alguien para cumplir su amenaza.

Y Sasuke le había permitido acercarse. Sintió la fuerza de los dedos aumentar, como se cortaba lentamente el paso del aire, la desesperación aumentaba su ritmo cardiaco y parecía resonar en sus oídos.

Pinchazos dolorosos recorrían su cuerpo y luego se dejó sumergir en la oscuridad que comenzaba a tragar su mente. Lo último que pudo reconocer fue el dolor, sintió ridículamente que la presión en su cabeza la haría estallar.

Supuso que este era su fin, uno banal y simple, provocado únicamente por el mismo y nadie más, era casi cómico como había deseado la muerte y al tenerla cerca se arrepintió.

Al no tener fuerzas para pelear, se resignó y su único lamento fue no haber luchado un poco más.

Luchar por la redención, por su hermano, por un futuro, aunque todo ya no importa.

En el vacío en el que se encontraba, se sintió como si flotara hasta recobrar el conocimiento. Tenía la mente confusa y el dolor de su cuello era tan horrible que abrió la boca para jadear y que la saliva escapara entre sus labios y no empeorar la sensación de ardor.

Abrió los ojos parpadeando para intentar aclarar su vista. Observó la ligera oscuridad de su cuarto y luego notó que no estaba solo, Kimimaro lo mantenía recostado sobre sus piernas.

¿Cuándo llegó aquí? Se preguntó. No, la pregunta primordial era. ¿Por qué no está muerto?

Creyó que al fin obtendría su final, que verdaderamente ese hombre le ayudaría a acabar con su miserable existencia. Quería morir, realmente lo había deseado, porque consideraba que de esa forma Naruto junto a Hinata serían felices. Liberados de su presencia nociva en la vida del alfa.

Pero eso era un error, una grave manera de pensar. Un pensamiento formulado en su fragilidad, en su vulnerabilidad y en el espiral de angustia que había sentido.

¿Pensamientos así tenía Naruto cada vez que se sentía ahogado en desesperación? ¿Cuánto tiempo ha estado sumido en la depresión constante y nunca pudo decirle a nadie? De todas maneras, incluso cargando el dolor que el omega le había provocado, el alfa logro salir delante y tiene un futuro prometedor.

¿Sin embargo, y Sasuke? ¿De este modo quería pedirle perdón? ¿Huyendo? No. Esa no era la solución.

Como lograría que el otro sea feliz, si simplemente desaparecía dejando todo atrás.