Capítulo veinticuatro: Despedida parte uno

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NOTA: Hola, ¿cuántas personas esperaban esta actualización? Espero que muchas. Hoy traigo una actualización doble. Espero eso perdone el tiempo en que demoré en actualizar.

Una disculpa por eso, me da incluso vergüenza.

Bueno, dejemos la nota de lado, para que ustedes puedan continuar con la lectura y disfrutar de ella.

Si descubren errores de cualquier tipo, no duden en mencionarlo, así como no olviden comentar para saber que les pareció.

¡Espero les guste el capítulo, nos leemos en las notas finales!



"Cásate conmigo" dijo Sasuke, lo hizo, apenas abrió los ojos, parpadeó y observó la mandíbula desencajada del alfa.

Naruto estaba sentado en la cama, ni siquiera se había puesto ropa y ya tenía el celular en la oreja hablando sobre los preparativos del trabajo.

A Sasuke eso no le gustó para nada, lo primero que debía hacer al despertar era besarlo, no ponerse a hablar con Shikamaru. Apretó la mandíbula, asqueado de su recién descubierto infantilismo.

Cada día parecía más un bobo enamorado, eso era vergonzoso.

"¿Qué dijiste?" Preguntó Naruto aún con la boca estúpidamente abierta. El pelinegro bufó ante la poca inteligencia de su pareja.

"Dije que vamos a casarnos". Repitió hastiado, con cuidado se levantó un poco, apoyando su espalda en las almohadas, dejó escapar un suspiro porque esa pequeña acción fue agotadora.

"¿Mañana?" Preguntó Naruto levantándose, el omega siguió la acción y observó al pequeño zorro que colgaba entre la maraña de vello rubio. Entrecerró los ojos al mirarlo, escuchó una leve tos fingida, así que alzó la vista.

El Uzumaki le miraba, curioso y extrañado, casi diciendo a través de sus ojos ¿Qué soñaste para amanecer de tan buen humor? Quizás no eso, pero algo similar.

"Hoy". Corrigió estirando su mano para tomar la del chico rubio. "Quiero que nos casemos hoy mismo".

Naruto asintió lentamente, titubeante, luego pareció percatarse de las cosas que el omega decía y sus ojos se abrieron tanto que se sintió doloroso.

"¿¡Hoy!?" Gritó chillando, Sasuke solo pudo pensar en el bonito balanceo de ese miembro, entre las piernas del hombre que saltaba en la cama como un cachorro.

"¿Puedes prepararlo todo? ¿O me harás esperar hasta mañana?" Preguntó alzando una ceja, Naruto le besó la mano cariñosamente, sonriendo dejó un besito en el dedo donde iría el anillo.

"Dame unas horas, pero primero, unos besitos de buenos días".

Shikamaru, que seguía al otro lado de la línea, quería morirse. El chiste estaba pasando de moda, según él.

***

La señorita que atendía en la oficina de registro matrimonial, quería gritar y decir que el dinero no podía comprarlo todo, que para casarse se debía reservar una cita previa, y mil cosas que hace la gente normal.

Pero su jefe, con una actitud sumisa, siguió diciéndole que sí al tipo que llamaba. La joven mujer suspiró y esperó a que los prepotentes nuevos esposos llegaran.

Comenzaban su vida de casados arruinando la suya.

Con una suave brisa, ella como omega, sintió el aroma del alfa antes de que siquiera abrieran la puerta, acalorada y ligeramente expectante, esperó conocer al dueño de ese poderoso olor.

La puerta se abrió y un joven de cabello negro entró, a la muchacha se le cortó el aliento al mirar su rostro, era hermoso.

Luego notó el abultado vientre, y se dio cuenta de que había estado fantaseando brevemente con otro omega. Bajó la cabeza avergonzada.

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