Capítulo 2

79 51 22
                                    


Scarlett:

Otra vez de noche, pasé todo mi día sumergida en los libros. Es increíble la cantidad de horas que pueden pasar cuando lees concentradamente, aunque ese, no era precisamente mi caso.

Mi estado mental no me permitía mantener atención, recuerdo como saltaba de momento los párrafos sin prestar el más mínimo cuidado.
Todo lo que pasaba estaba centrado en una sola razón: aquel pelirrojo de ojos azules.

¿Qué rayos pasaba conmigo?

Por momentos caía en un trance en que mi mente se inundaba de recuerdos, era tan sumamente frustrante perder la concentración de ese modo.

Recuerdo como necesite leer un capítulo entero.

¿La razón?

Creía desde lo más profundo de mi corazón que estaba leyendo, lo juro, y cuando intentaba seguir el hilo, me daba cuenta que no recordaba nada. SÍ, muy irritante.

Creo que todo esto es por la culpa, siento una enorme culpa de no haber hecho nada por el chico antes, de no haber enfrentado a esos dos que lo perseguían.

También ajeno a eso, con el pelirrojo sentí algo raro, como si al fundir nuestras miradas me hubiese quedado en trance. Sentí paz, sentí calidez en medio de aquella fría tormenta. Esa sensación de quietud y familiaridad fue muy extraña para con alguien que acabas de conocer.

Ahora con calma me alisto para el trabajo y solo tengo en mente el deseo de una cosa, que esté bien.

Por suerte o desgracia tengo esta profesión tan bendecida y a la vez, irónica para mí. Mis ansias de conocer su estado de salud pronto serán saciadas.

El disparo al muchacho fue en el pecho, no tuve tiempo de fijarme con certeza de cuan grave pudiese estar. Espero que mi desenfrenada carrera haya servido para algo.

Una de las cosas que más amo de mi raza, es esta rapidez sobrehumana. Los recuerdos de mi hermano mayor intentando alcanzarme, mientras reíamos sin parar, oprimen mi pecho. Siempre fui más rápida y él más fuerte, éramos un perfecto complemento. Extraño esas horas de juegos en el bosque, ese tan grande y oscuro que siempre fue nuestro lugar favorito, el perfecto sitio para bromas pesadas y mis amadas competencias de velocidad. Éramos como niños en cuerpos adultos.

¿Hermano, qué pasó con ustedes? Aún mantengo la esperanza de que no hayan muerto.

¡Otra vez no!

Toqué mi rostro y como es de imaginarlo, efectivamente, tenía lágrimas corriendo por mi cara.
No soy una persona depresiva, incluso no me gustaría que mal interpreten mi personalidad. Estoy pasando aún por momentos difíciles y merezco poder llorar de vez en cuando. Igual ya agoté las lágrimas de este día.
Decido cambiar mi apariencia, nunca muestro mi cara más que al natural, a veces creo que de nada sirve el encanto sin mantenerlo cuidado.

Hoy, como pocas veces en mi vida, voy a optar por maquillaje y arreglarme mejor.

Una vez con el uniforme puesto y mi leve maquillaje, decido partir.
19:00 PM, perfecta hora para salir al hospital.

∆ ∆ ∆

—Buenas noches —me saluda el Doctor Ceban.

Peligrosa Atracción [Editando Severamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora