Capítulo 15

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Pov Scarlett:

¿¡Dónde carajos estoy!?

—Holi —me saludaba tiernamente Agnes agitando su mano.

No. Lo. Puedo. Creer.

—Tú —la miré con ojos entrecerrados.

—Ahora si pequeñas. Es hora de la verdadera función.

Un segundo, necesito calmarme. Lo mejor en estos momentos es mantener cabeza fría y no inundar con preguntas. Me portaré diplomática, es lo mejor.

—Bueno. Ya que estamos aquí —comencé a hablar en tono calmado y centrada en mis palabras— Creo que es la hora de explicar todo. Me sentaré.

Y así hice, me senté en un, bastante elegante, sillón de madera pulida con cojines rojos. Demaciado elegante diría yo, no se que hace en esta carpa.

—Ese es mi lugar —me miró amenazante y sentí ganas de pararme inmediatamente—. Bien, creo que es hora de una plática seria.

—Eso espero —dije con frialdad.

—Oye, respeta al Sr Stein —regañó Agnes.

—Calma pequeña, es que aún no me recuerda. Aún puedo revivir en mis pensamientos lo juguetona que eras de pequeña, y odiosa —sonrió con nostalgia.

Pov Coullew:

—¿De dónde me conoces? —preguntó Scarlett con curiosidad, típico de la chica que recuerdo.

—Bueno, todo comenzó cuando conocí a tu padre en Nueva Zelanda, yo era un vampiro jóven que andaba de viajes de estudio y superación, según mi familia lo financiaba —mientras narraba, la atención tanto de Scarlett como de Agnes estaban en mí.

Contar mi pasado es algo penoso, aún recuerdo toda la ira que me persigue.

—¿Por qué se conocieron tú y mi padre?

—Tu padre fue mi maestro, me ayudó a desarrollar mi habilidad especial —ella levantó una ceja y pude deducir que quería saber cuál era— puedo controlar a todos los humanos y vampiros que no se dan cuenta que están siendo manipulados por mí. Es una habilidad muy útil, te trajo hacía aquí —le lancé un guiño.

—Bueno ahora puedo entender cosas —sonrió brevemente— continúa por favor.

—Ah, sí. Tu padre me enseñó a manejar mis habilidades y aparte de mi maestro, se volvió mi amigo. Una ves que conocí a tu hermano fue una locura total, él y yo éramos uno —que buenos recuerdos.

—¿Mi hermano también? Estás muy ligado a mi familia, déjame adivinar, madre te dió de su sangre especial hiper cara —comentó esto último con algo de burla.

Sonreí.

—Y si te digo que si ¿me crees? —negó con suficiencia— bueno, ya... Era obvio que no me iba a dar —ambos reímos, al parecer está entrando más en confianza, me alegra tanto— tu bien sabes que eso era sagrado, pero si tomé, y es ¡Oh por dios! ¡Es genial!

—¿¡Cómo!? ¡Yo nunca pude! ¿Cómo hiciste? —exclamaba toda exaltada.

—Le robé con tu hermano, ya sabes, él era candela —más risas.

Peligrosa Atracción [Editando Severamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora