Capítulo 6 [Edición hasta aquí]

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Scarlett:

-Pero ¿qué es esto? -fruncí en ceño y formulé una mueca con mi boca.

-Yo... -tartamudeó una de las enfermeras- Alguien me llama -la chica salió corriendo en dirección a segunda planta tras lanzarme una risa nerviosa.

Este es un hospital no muy grande, pero con dos plantas y cuatro habitaciones subterráneas, una de ellas el laboratorio, las otras tres, casi inutilizables, según tengo entendido.

Bueno, como mismo hizo la chica, de uno en uno me miraban con disculpa en sus ojos y fingían que alguien los llamaba para salían corriendo, hasta que, apartada de todos, solo quedó una.

Anna, pero ¿qué diablos?

-Yo también -iba a salir corriendo, pero la frene al hablar.

-No.

-Este... ¿No...? ¿No, qué? -miró a un lado y a otro como queriendo escapar mientras me mostraba sus dientes en una mueca de pavor.

-No te vas a ningún lado -por fin salí de la habitación cerrando la puerta tras de mí ¿Sabría Lukyan que algo así pasó? -No hasta que me digas ¿Qué coño fue esto? -cruce mis brazos frente a ella.

-Yo caminaba y oí tu voz, la de él y... ¿Ustedes son algo? -insolente, como pregunta eso. Inmediatamente mi ceño se frunció aún más ¿Acaso quiero hundir mis ojos por debajo de él? Dios-. Todos hablaban y yo aunque no... No importa y yo quería...

Pero qué mujer desesperada, habla sin respirar y para colmo, de los nervios se ahoga. Casi no entiendo que dice de esta forma.

-Calma, despacio -si, como nunca yo. Lukyan alegró mi noche y ni con esto, mi humor podía bajar.

¿Qué embrujo me echaste, rojo?

Anna me explico con lujos y detalles todo lo que pasó mientras atendía al rojo.

Acabo de ganarme una no muy linda reputación por esa conversación tan rara de antes. Resulta que ahora es increíble que ¡Yo! O sea, ¡Yo! Tenga un buen comportamiento con alguien. Como si fuera la gran cosa.

Solo soy así porque tengo mis motivos, aunque es cierto, ninguno de ellos lo sabe y mucho menos les interesa.

Bueno, a parte de ese incidente, la noche como la mayoría de las veces, estuvo tranquila.

Debo admitir que a pesar de todo entré una o dos... Quizás tres o cuatro...

¡Lo que sea!

Entré unas muchas veces a ver cómo dormía Lukyan. Deben entenderme, su rostro es demasiado lindo cuando duerme. Desaparece esa mirada arrogante, que me desespera, y sus labios, con una breve arqueada de comodidad, me producen algo de ternura. Estuve esperando escuchar al menos un ronquido para luego burlarme y no se me dio, ugh. Qué suerte tiene.

Ya casi amanecía, o bueno, seguro faltaban algunas horas. Estaba bastante oscuro en mi partida. Quisiera destacar que amo la oscuridad, amo ese color de penumbras, y ver cómo las sombras de los árboles se tornan tan terroríficas, me da una sensación estimulante. Es algo entre temor y adrenalina, se siente bien, me gusta.

Lo que de veras no entiendo es por qué ella viene conmigo, no sé cómo aparece ella a mi lado así tan casual. He tratado a esta chica horrible la mayoría del tiempo y se sigue pegando a mí.

Peligrosa Atracción [Editando Severamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora