Una semana antes de terminar el año escolar
(Viernes)
Izuku se levantó para ir a clases como de costumbre. Se vistió, se lavó los dientes y se dirigió a la cocina para desayunar junto con su madre.
-Izuku, hoy le he pedido a la madre de Bakugou que este te acompañe a clases. Siempre estás solo y no entiendo porque no vas con él, ¿es tu mejor amigo desde que sois pequeños no?
-¿Cómo? ¿Me va acompañar Kacc- Digo, Bakugou a clases?-
El peliverde no quería morir antes de que el curso acabara, pero su madre no sabía lo que Kastuki le hacía.
-Buena idea mamá- Dijo finalmente con una sonrisa que hasta parecía real.
Su madre se dio cuenta de que algo que iba del todo bien, pero antes de que pudiera preguntar sonó el timbre. Al Pecoso le dió miedo, ya que sabía que un pomerania rubio malhumorado le esperaba tras la puerta.
Acercó la mano al pomo y mientras pudo observar como le temblaban la mano. Al abrir quedó sorprendido como si no supiera quién lo esperaba.
Ese rubio despeinado, con dos rubíes con una mirada cansada y aburrida pero retadora al mismo tiempo. Con el uniforme colegial con la camisa por fuera ya que nunca la soportó por dentro y el último botón desabrochado.
Cuando el que esperaba ser recibido oyó que se abría la puerta se paró recto ya que había estado apoyándose en el marco de la puerta. Después de criticar a Izuku con la mirada por unos cortos segundos, habló.
-¿Qué pasa Deku? No te creas que hago esto por qué quiero- Dijo con muy poca gana, pero tenía dibujada una sonrisa terrorífica en su rostro que provocó un escalofrío en el menor que se notó en su rostro y el mayor quedó satisfecho habiéndole infundido un poco de miedo. Finalmente simplemente asintió.
-Adiós mamá, nos vemos en la tarde-
Inko hizo un gesto para despedirse de Bakugou e Izuku con una sonrisa pero también un poco preocupada por su extraño encuentro.
Empezaron a caminar en dirección a la escuela.
-¡Camina detrás de mí, Deku!- Gritó el rubio mientras hacía gestos violento con sus manos y pequeñas explosiones de advertencia.
Izuku simplemente frenó esperando con la cabeza agachada a que Bakugou lo adelantara.
Como no quería seguir escuchando como Kacchan iba maldiciendolo todo, se sumergió en sus pensamientos.
Sus concentración se interrumpió por una leve explosión es su costado que lo hizo apartarse de en medio de una parte en obras de la calle.
-¿Qué haces Deku? ¡Eres patético!-
Con un fuerte ardor en la zona afectada, seguramente un próximo moretón, se estabilizó logrando no caerse y pudo ver como su "amigo" ya no estaba.
Siguió como si nada, ya que era totalmente normal que el dinamita andante no lo hubiera esperado. En realidad era sorprendente el rato que había durado.
Volvió a sumergirse en sus pensamientos pero esta vez alerta de por donde caminaba.
Unos minutos después sus pensamientos fueron de nuevo interrumpidos por gritos de una mujer y explosiones. Se le aceleró el corazón, claro que no, <<Kacchan no ha provocado el grito, debe... Debe...>> Estaba buscando excusas en su mente mientras corría de forma desesperada hacia el sitio de donde provenía el escándalo.
La escena era espantosa y no se necesitaba contexto para entender lo que estaba pasando.
Un tipo de unos treinta años agarrando a Katsuki por el cuello, dejándolo suspendido en el aire y botellas de alcohol vacías tiradas por el suelo. Además, había una chica vestida de uniforme con parte de la camisa rota y su rostro parecía aterrado.
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Esta No Es Mi Dimensión
أدب الهواةTras el ataque de un villano, la vida de Izuku Midoriya hace un cambio radical. "¿Esto son pechos de mujer?" 😶