Leather jeans

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Octavo año

Cuando Draco aceptó volver a Hogwarts para su octavo año, su principal objetivo era pasar desapercibido durante todo el año escolar. Su apellido y los actos que cometió su familia durante la guerra, habían puesto el apellido Malfoy y su reputación hasta el suelo, y a pesar de que al final lucharon en el lado de la luz, para la mayoría, la marca en sus brazos era suficiente para no merecer el perdón.

Al principio todo marchaba bien, no pasaba mas de miradas punzantes e insultos inofensivos, había logrado pasar alejado de los problemas durante un mes entero, hasta que Potter metió sus narices en sus asuntos.

Fue gracias a Potter, que su familia no quedó peor parada en la ruina social después de la guerra, gracias a su complejo de héroe, los Malfoy recibieron ayuda de la orden del fénix durante la guerra y el testimonio de Potter sirvió para alejarlos de Azkaban. Sin embargo, nunca pensó que el acuerdo tácito que habían hecho durante su sexto año de mantenerse civilizados el uno con el otro, se extendiera a los años posteriores, para después formar una amistad.

Desde que era un niño, había querido ser amigo de Harry Potter, gracias a las historias que su madre le contaba sobre el niño que vivió antes de dormir, pero todos sus sueños e ilusiones infantiles fueron rotos cuando el otro chico rechazó su amistad prefiriendo a Weasley en su lugar. A un Weasley, antes que a un Malfoy.

Ante aquella humillación, Draco se había asegurado de hacer imposible la vida del otro chico, si no era su amigo se convertiría en su enemigo.

Por esa razón, jamás imaginó que siete años después, Potter olvidara todo la animosidad que existió entre ellos, para hacer las paces y poder ser amigos.

Pero las cosas no terminaban ahí. De alguna forma retorcida y masoquista, el moreno había desarrollado ciertos sentimientos en él, que hacían que quisiera pasar todo su tiempo libre con él, no con Weasley, Granger o Weasley mujer, con él, Draco Malfoy de todas las personas.

Si era sincero consigo mismo, Draco amaba ser el centro de atención de Potter; (lo había deseado desde que era niño, pero nadie tenía porque saber eso) le encantaba que el moreno quisiera pasar tiempo con él, le gustaban los pequeños detalles, que de vez en cuando, le daba, las reuniones de estudios en la biblioteca, las pláticas en la madrugada, el tiempo de calidad que pasaban con Teddy, era una burbuja de felicidad de la que Draco no quería salir nunca.

Y para mejorar las cosas, lo había invitado a una cita, más de dos veces. Se estaban conociendo de una forma, que en opinión de Draco, no era para nada amistosa.

Desgraciadamente, como todo en su vida, no todo era felicidad, y sabía que la burbuja de felicidad en la que estaba viviendo, pronto tendría que romperse.

Fue durante sexto año, que se aceptó que sentía algo más que odio hacia Potter, un enamoramiento que empezó desde niño y fue aumentando conforme pasaron los años, pero lo ocultó con odio y resentimientos para no salir lastimado, pues pensó que jamás tendría algo más que una rivalidad con él.

Pero su octavo año cambió todo, Draco pensaba que tenía una mínima posibilidad de que el otro chico correspondiera sus sentimientos, por la forma en la que se ponía nervioso a su alrededor, o el excesivo tiempo que pasaban juntos. Pero ninguno de los dos había hablado de sentimientos, no había habido una declaración de amor o un beso (a pesar de que hubo momentos en el que Draco pensó que Harry lo besaría). Su relación simplemente no avanzaba.

Parecía que cada vez que iba a pasar algo más entre ellos Potter retrocedía como si se arrepintiera de su decisión.Y eso enojaba mucho al Slytherin.

The Potter- Malfoy'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora