CAPÍTULO XXIV.

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ERICK

Desperté bien a gusto con Jonas al lado... Un sentimiento de necesidad de estar con él me era difícil de controlar, acaricié esa mañana cada centímetro de su piel mientras él descansaba, Jonas era el escape perfecto para el dolor que llevaba por dentro.

—Cariño, buen día — saludé cuando vi que despertó.

Jonas rio y me tomo del cuello para pegarse a mí, mi piel se erizó cuando sentí su aliento por mi cuello.

Me puse una pantaloneta y me levanté a hacer algo de comer.

Al salir de la habitación sentí de golpe la ausencia de mi papá y fue inevitable no llorar, Jonas se levantó rápidamente y me sentó en el sofá.

—Quédate ahí mejor, yo hago el desayuno —dijo él aún en bóxer.

Me quedé en el sofá mientras trataba de controlarme... Mire a la cocina y ahí estaba aquel chico con sus bóxer grises cocinando, sus nalgas eran perfectas.

Unos golpes en la puerta llamaron y atención así que fui a abrir.

—Erick... Hermano, cómo siento lo de tu padre —dijo Alex en cuanto le abrí.

Lo abracé fuertemente y lo invité a pasar.

—Alex... —dijo Jonas saliendo de la habitación.

—Jonas, siento mucho lo de padre —anuncio.

—Erick... Sé que de pronto no es el momento, pero me gustaría hablar contigo, ¿te parece si nos vemos más tarde en el mismo lugar de aquel día? —inquirió.

—Si, claro... Te veo ahí a las 6. —afirme.

—Perfecto.

Alex se había marchado y Jonas ya había servido el desayuno.

—¿De dónde conoces a Alex? —inquirí curioso.

—¿Alex? Pues por Les, él es su esposo, aparte tuvo una relación Eli, larga historia.

—¡¿Alex y Les son esposos?! — pregunté sorprendido.

—Sí...

Ese sí había creado una montaña rusa en mi mente, «Me follé a Les y a Alex» Fue mi pensamiento cuando Jonas confirmo...

El desayuno continuo normal, ya Jonas se debía marchar y yo debía hacer unas cosas en cosas.

—Nos vemos luego —dijo abriendo la puerta.

—Está bien —respondí.

Jonas se me acerco y paso sus brazos por mi cintura para así abrazarme.

—Cuídate —expreso dándome un beso en la mejilla.

Yo sonreí y acepté con la cabeza.

No sabía si estaba bien aquel sentimiento por Jonas... Aumentaba cada vez... Necesitaba, tenía sed de él... Y no podía pasar, era prohibido, por más que mi cuerpo lo deseara Jonas... Jonas era prohibido para mí, era mi hermano.

Tenía quedarle un final a estas sensaciones y deseos, fui con Alex a ver qué quería hablar conmigo, aunque sentía que me había mentido, estaba casado y aun así me hizo pasar una noche muy buena.

Me cambié y me fui al bar en dónde me encontraría con Alex.

—Bueno... Aquí estoy —dije cuando ya estaba sentado.

—Erick... No sé cómo estés de ánimos o ese tipo de cosas, sé que no estás trabajando y que lamentable tu padre ha fallecido y créeme lo siento, quería proponerte un trabajo —lanzo.

—¿Qué tipo de trabajo? —inquirí.

—No es nada malo, verás mi familia se encuentra en ciudad de México, y mi hermano necesita un chófer, pienso contratarte para que seas su chófer ya he hablado con mi madre y le suena muchísimo la idea —comento.

Me quedé en silencio unos segundos procesando la propuesta.

—Puedes tomarte tu tiempo, yo mañana viajo a México, te dejo mi número, solo piénsalo, no te preocupes por nada, allá te daremos lo necesario, quiero ayudarte de todo corazón, espero y des respuesta pronto antes que ya hayamos conseguido otro chofer —termino levantándose de la silla. —espero volverte a ver.

Me despedí de Alex y me quedé pensando en aquella propuesta.

...

Iba pensando de camino a casa sobre si esa sería la solución a todo, tal vez un cambio de ambiente e incluso de vida me caería muy bien, pero sobre todo alejarme de Jonas también mejoraría está prohibirá atracción que tenía por él, sabía que él sentía aquella sensación y que en su mente había una montaña rusa de pensamientos, el alejarme iba a ser lo mejor para los dos...

PECCATUM VI [#6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora