CAPÍTULO XXV.

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JONAS

Cada vez que miraba a Jorge sentía una gran culpa por mis sentimientos o malos deseos a Erick, estaban muy mal, pero eran cosas que no podía controlar, una cosa lo que pienso otra lo que mi cuerpo desea.

Mis roses con Erick eran un poco fuertes aún, el deseo crecía y crecía y trataba mis de controlarlo, hasta que llego diciembre.

Habíamos decidido irnos en familia a pasar navidad en San Andrés.

Los niños estaban muy contentos, habíamos convidado a Valentina a que fuera con nosotros, ella era parte de esta grandiosa familia.

Habíamos llegado a San Andrés y estábamos en un hotel con una hermosa vista al mar...

—Que lindo estar aquí contigo —le dije a Jorge mientras estábamos acostados en la cama.

—Contigo iría al último rincón del mundo. —dijo acariciando mi mejilla.

Lo mire completamente enamorado y lo bese, y volvió el sentimiento de culpa, no sabía que hacer o como manejarlo no fue fácil con llevar esto por 5 meses, y muchas veces tener sexo con Jorge e imaginarme a Erick, estaba mal, muy mal todo, pensé que él había llegado a mi vida para darle ese toque que me faltaba, pero solo llego a moverme muchas cosas, y las movió y muy fuerte.

En Erick había ciertos comportamientos que me preocupaban, estaba un poco distante y callado, y me preocupaba, todo de él me preocupaba.

La noche del 24 de diciembre había llegado y habíamos planeado una cena navidad al aire libre, en el hotel había una especie de Penthouse así que lo tomamos para nuestra cena.

Todos ayudamos a colocar las mesas y a organizar todo, todo eran risas hermosas, me coloqué a jugar con Jesús y Mónica, me gustaba imaginar ciertas cosas con ellos, me gustaba pasar tiempo con ellos, sacaban ese niño que llevo dentro y terminaba tirado en el suelo jugando con ellos en una misma sintonía.

—Bueno... Antes de cenar me gustaría que todos dijeran unas hermosas palabras —dijo mi madre mientras todos estábamos de pie alrededor de la mesa.

—Como líder de esta hermosa, me siento feliz por qué la familia cada vez más crezca y nos unamos muchísimo más, y proveer por un futuro para nuestros dos chiquitines. —dijo mi madre.

—Hoy quiero reír mucho, vivir como siempre, y amar como nunca, aunque él no está, me quedaron 4 jóvenes... Que poco a poco fueron llenando ese vacío, aprendí muchísimo de ustedes, Jonas, Eli, Jorge, Leo... Me han vuelto muchas sonrisas, y bueno recordar a mi pequeño angelito, Dereck —hablo Antonio.

—Quiero agradecerles a ustedes por brindarme su bonita amistad y apoyo y un excelente acojo a esta hermosa familia, me alegra saber que hijo crece en un ambiente totalmente sano al lado de sus padres los cuales siempre serán un gran ejemplo y viviré eternamente agradecida —expreso, Valentina.

—Feliz... Otro año se culmina y uno nuevo comenzará, agradecida con la vida por el esposo que me dio y esta hermosa niña que tenemos, aunque pasamos momentos muy duros supimos unirnos en familia para afrontar esos duros caminos. —dijo Eli.

—Increíble cómo pasan los años y el cariño de ustedes sigue aumentado, aunque no tengo a mis padres conmigo, Melissa siempre se ha encargado de ser esa imagen de madre, excelente consejera, y Antonio, agradecerte por todo lo que haces por Eli, Jonas... Te amo hermano, lo sabes, me has brindado una hermosa y fiel amistad —pronuncio Leo.

—Creo que estás lágrimas que salen de mí son de felicidad después de haber vivido una etapa muy dura dónde pensé que no iba a salir, dónde pensé que ahí iba a terminar todo, pero no... Apresar de eso conocí a una personita... Muy increíble y de la cual cualquiera se podía sorprender, logré conocer su corazón, y que calladamente intento enmendar todos sus errores, lo más gratificante es que tengo una parte de él conmigo... Y eso siempre, siempre te lo agradeceré Lucas Betancourt —dijo Jorge mirando al cielo.

—Ay... La vida... Tan difícil, con sus momentos buenos y sus momentos malos, a todos en algún momento nos ha golpeado fuerte, pero feliz, por qué he logrado lo que me he propuesto, mi familia, mi hijo... Tengo a mi lado una hermosa familia y al mejor hermano que la vida me pudo regalar... Tarde... Pero llegó. —exprese.

—Todos merecemos una segunda oportunidad... Y esa fue la que todos le dimos a mi padre, gracias a ustedes por acogerme de una bonita manera y a mis hermanos con estar ahí cuando siempre los necesite, y bueno anunciarles que me iré del país... Me llego una oferta de trabajo en México la cual pienso aprovechar. —anuncio Erick.

En ese momento tragué en seco y mi sonrisa desapareció en segundos...

PECCATUM VI [#6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora