SECRETOS

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Ok definitivamente Emma siente algo por mí y no hablo de amistad. Sino no sé explicar la enorme cercanía que tenemos ahora, de la cual estoy disfrutando mucho.

Desde esa noche que vino Milena, los abrazos de la nada o los abrazos y besos en la mejilla para saludarnos o despedirnos se han hecho muy frecuentes. Hacernos cosquillas en el sillón, hacernos bromas, reírnos, pasar tiempo juntos ya sea estudiando o acurrucados en el sillón mirando películas o series, merendar juntos, cenar juntos, tener gestos considerados con el otro y hasta dormir en la misma cama, abrazados, sin que pase nada se ha vuelto de lo más normal. 

De todo eso, lo que más amo es dormir con ella, juro que duermo mucho mejor cuando lo hago a su lado y abrazándola. Y despertar y verla dormida a mi lado, es jodidamente maravilloso. Quiero dormir y despertar con ella todos los días de mi vida, quiero sentir su calor, su olor, su bello cuerpo pegado al mío, para siempre.

Sin embargo aún no me animo a decirle lo que siento por ella, se lo trato de hacer saber con gestos o una que otra indirecta, pero todavía no puedo confesarme abiertamente a ella. No sólo porque aún soy su maldito profesor, sino también porque temo por su reacción. Hay días en los que siento que ella podría amarme tanto como yo la amo a ella y hay otros días en los que me hace dudar y pensar que sólo me ve como su mejor amigo y nada más. Si soy sincero no sé cómo avanzar.

A lo mejor debería esperar a que las clases terminen y ahí confesarle mi amor. Y ahí si va a ser a todo o nada, si ella siente lo mismo estaremos juntos, pero sino... no sé qué podría pasar conmigo, dudo que pueda ser sólo su amigo teniendo estos enormes sentimientos que tengo por ella.

Hoy Emma trabaja en el club y como tantas otras veces he puesto mi alarma para ir a buscarla. No me gusta que se vuelva sola a las 3 de la mañana y a ella no le importa que la busque. La espero a la salida en mi auto, en eso veo que Emma sale con Agatha, están hablando, pero Emma no se ríe sino que está preocupada. Sus ojos viajan hasta mi y se despide de su amiga para caminar hasta el auto. Cuando entra sólo me dice "hola" pero no me saluda con un beso en la mejilla como siempre. Supongo que estará cansada.

Cuando llegamos a casa, ella me dice que está muy cansada y que se va a dormir. Sólo me dice "buenas noches" y sube. Está rara pero no voy a agobiarla a esta hora, mañana le preguntaré qué le pasa.

Al otro día, para cuando nos volvemos a ver en casa, sigue rara. Me saluda con un beso en la mejilla pero está distante. Merendamos y espero que me diga que tiene pero no lo hace. Aguanto lo más que puedo, pero odio no saber qué le pasa.

- Emma ¿estás bien? - Le pregunto mientras me siento en el sillón a su lado

- Sí. - Responde con una sonrisa falsa y sigue mirando sus apuntes.

- ¿Estás enojada conmigo? ¿Hice algo malo? - Si, se me ha pasado por la cabeza que a lo mejor hice algo que la incomodó.

¿Qué? No. - Dice rápidamente y me siento más aliviado, sin embargo sigue sin decirme que le pasa. - Perdón. Sólo he estado con algunas cosas en la cabeza, más el estrés de rendir el segundo parcial y el peso de que me vaya bien. Más el trabajo, es una época difícil los últimos meses del año y son muchas cosas en las que pensar. Es eso. - Sé que hay algo más pero no voy a presionarla.

- Ok. Entiendo. Con los exámenes no te preocupes, te va a ir bien. Hemos estado estudiando y estás más que lista para rendir. - Mis palabras parecen relajarla, porque deja de estar tensa y me sonríe de esa forma que me encanta.

- ¿De verdad piensas que me puede ir bien? - Me pregunta tiernamente.

- Obvio que sí. Este año vas a aprobar tus materias y te vas a recibir. - Le aseguro y me ganó un dulce abrazo de su parte que me tranquiliza. Estamos bien.

Mi Universitaria (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora