Mi Universitaria (Terminada)

EPÍLOGO

Cuatro años después...

Nuestra vida es genial, llevamos cuatro hermosos años de pura felicidad. 

Nos casamos dos días después de que decidiéramos hacerlo, no solo no teníamos tiempo, sino que me negaba totalmente a seguir esperando y dejar que Emma volviera a su país. No pude soportar la idea de alejarme de ella y esperar casi un mes más hasta que pudiera volver y casarnos. Por suerte Carlos nos ayudó y mi Emma no se negó a casarse tan rápido conmigo.  

Nuestra boda fue por civil, Carlos y Jimena fueron nuestros testigos e hicimos una pequeña recepción para algunos amigos, entre ellos Agatha que estaba super feliz por Emma, pero sobre todo para algunos colegas de la universidad y el tipo de inmigraciones. Por consejo de Carlos teníamos que demostrar constantemente que nuestro matrimonio era real. Me hubiera gustado haberle dado una gran boda a Emma, pero dado que nos urgía casarnos y que no tenemos muchos amigos ni familia, hacer una pequeña recepción nos pareció bien. 

Después del matrimonio nos sometemos a una reunión con un tipo muy malo que se empecinaba en querer demostrar que nuestro matrimonio era falso, pero Emma y yo nos conocemos bien y nos preparamos para esta entrevista que superamos dejando boquiabierto al tipo de inmigraciones. Así le otorgaron una Green Crad de residencia por dos años a Emma y cumplido ese plazo debemos iniciar los trámites de ciudadanía.

Claro que en esos dos años recibimos la visita de un agente de inmigración para corroborar que nuestro matrimonio sigue en pie y es real. Obviamente que superáramos esas visitas, tenemos pensado pasar el resto de nuestras vidas casados.

Después de nuestro matrimonio vivimos un tiempo en el loft hasta que decidimos que era mejor buscar otro lugar más grande y familiar, así que vendimos el departamento, más nuestros ahorros (jamás deje de invertir mi dinero y así es como ahora tenemos bastante para vivir una vida cómoda) compramos una modesta casa en el mismo barrio donde vivíamos. Emma consiguió un trabajo en una empresa y yo seguí dando clases en la universidad.

Como dije, ya han pasado cuatro hermosos años desde que nos casamos y creo que jamás había sido tan feliz en mi vida. Hoy es mi último día de clases en la universidad, bueno más bien hoy tomo el último examen final para después salir de vacaciones. Apenas término salgo rápido al campus donde me espera mi esposa.

Dejo de caminar al verla, es hermosa. Lleva un vestido corto verde y zapatillas blancas, su cabello marrón vuela con la leve brisa de diciembre, su sonrisa es enorme y sus ojos brillan contemplando a nuestra bella hija, una niña preciosa de tres años que es igual de hermosa que su madre.

Gina tiene el cabello marrón y los ojos azules, es la perfecta combinación de nosotros dos. Es una niña inteligente, curiosa, activa, compradora al punto que no le puedo decir que no a nada y muy alegre. Babeo con mi esposa e hija, soy tan afortunado, tengo la familia más hermosa y perfecta del mundo.

- Gina, amor deja eso. - Mientras me acerco a ellas, escuchó que Emma reta a nuestra hija que tiene un papel en sus manitos, papel que ha levantado del piso y está sucio.

Emma le saca el papel de las manos y lo tira al cesto de basura para después sacar de su bolso marrón alcohol en gel y echarle en las pequeñas manos de nuestra hija, que la contempla con cariño. Son muy unidas y eso me encanta.

- Hola mis amores. - Dos pares de ojos preciosos me miran con amor.

- ¡Papi! - Grita Gina que corre a abrazarme, me agacho y la alzó envolviéndola en un abrazo.

- Hola hija, te extrañe. - Le doy un beso en su cabecita.

- Yo también papi. - Dice con su dulce voz. Sin soltar a mi hermosa hija me acerco a mi bella esposa.