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- ¡No quieres estudiar y no piensas en trabajar!, ¿Que carajo haces en esta casa? — gritaba mi madre enfurecida.

- ¡Me hablas de esta manera con Nina frente a nosotras! — le respondí señalando a mi hermana menor.

- ¡No vales un carajo, eres un pedazo inservible de mierda! ¡Debí pensarlo dos veces antes de arruinar mi vida trayendote a este mundo! — sin pelos en la lengua.

- Vete al infierno —  desepcionada, tomé mi chaqueta y camine a la salida.

- ¡______ detente! — suplicaba mi hermana tomándome del brazo.

- Ahora no Nina...tienes 17 años, se que entiendes esto...— safe mi brazo de su agarre y salí de ahí, no sin antes azotar fuertemente la puerta.

Camine por un buen rato hasta llegar a la casa de una amiga, toqué la puerta varias veces hasta que a la quinta vez está se abrió.

- No la aguanto más — entre sin previo aviso.

- Adelante — sarcástica dio una mordida al bocadillo que llevaba en la mano.

- Me quedaré aquí, solo unos días — me senté en su sofá.

- Está bien...pero debes conseguir un empleo, no trabajaré para mantenerte — se paró a mi lado.

- Justo es por eso que salí de mi casa Cammeron — reproche.

- No creas que te tendré aquí solo por tu lindo trasero — rodeé mis ojos y recargue mi cabeza sobre el respaldo del sofá. - Escucha, en la tintorería necesitan alguien que entregué las prendas, la paga es buena — ofreció.

- Ese trabajo es un asco — bufé.

- No olvides que ahí trabajo yo zorra— golpeó mi frente.

- Que trabajes allí no le quita lo asqueroso al empleo — reí sarcástica.

- Bien, entonces busca otro lugar donde quedarte — caminó a la puerta para abrirme la puerta.

- Espera — sobé mi frente - Aceptaré el empleo — ella detuvo su caminar.

- Perfecto, salimos mañana a medio día, te prestaré algo de ropa — volteo su mirada.

- No deberías consultarlo con tu jefe o algo por el estilo — levanté las cejas.

- No — dio su corta respuesta y subió las escaleras.

- Hay pollo frito en el refrigerador, por si quieres cenar — gritó desde arriba y pude escuchar como cerro la puerta de su habitación.

Me levanté del sofá y fui a la cocina por un par de piezas de ese pollo frito, las calenté en el microondas para después comerlas.

La vibración de mi celular me indico una llamada entrante y sin mirar el nombre conteste.

- Habla ______ —  con un trozo de comida en la boca.

- ¿Donde estás? Pase a tu casa y nadie abrió — dijo mi quedante en la línea.

- Estoy en casa de Cammeron ¿Puedes venir aquí?  — pregunté.

- Voy para allá — terminó la llamada.

Subí rápido las escaleras y abrí con cautela la puerta de Cammeron, cerciorandome de que estaba dormida.

Minutos después adentre a Caleb en la casa.

- ¿Porque estás aquí? — preguntó.

- No quiero regresar hasta tener dinero para cerrarle la boca a mi madre — contesté.

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