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Sebastian.

Últimamente sentía que mi salud mental y mi cuerpo no andaban bien, me sentía intranquilo, mi cuerpo temblaba, mi corazón se aceleraba, no podía concentrarme ni en el trabajo ni en las vacaciones, ni en nada. La vacación terminaba en dos noches.

Tenía migraña, todos habían salido a beber aprovechando el día allí, ya que pronto tendríamos que regresar a NY.

- ¿Puedo pasar? — ______ se asomó por la rendija de la puerta. Se adentro y dejo dos bolsas de papel sobre el suelo.

- Claro — me senté en la cama, y ella lo hizo frente a mi.

- Te sientes mejor — tocó mi frente como si midiera mi temperatura corporal.

- Si...estoy bien — sonreí vagamente.

- Ya mañana regresamos a casa, ojalá y allá mejores — beso mi mejilla.

- No creo que haya nada que me haga sentir mejor, al menos no sin pasar una semana mínimo.

- Se que no es el momento, pero compre algo para ti, recuerdo que miles de veces me contaste que era uno de tus....¿Cómo los llamabas? Sueños frustrados — se levantó y camino hacia las bolsas de papel entregandome una de ellas.

Arrugue las cejas intrigado y abrí la bolsa.

- Pensé que ese tema había quedado en el olvido — reí suave y saqué de la bolsa un traje de policía a mi talla.

- Pensé que ese tema había quedado en el olvido — reí suave y saqué de la bolsa un traje de policía a mi talla

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- Bueno, no sabía si querría hacelo o no así que tome el riesgo de comprarlo — mordí mi labio inferior.

- Compré algo para mi — saco prendas de la otra bolsa de papel - Vestimenta de una simple civil. — era un pantalón vaquero, una sudadera negra y tenis del mismo color de la sudadera. - Solo iré al baño y empezamos..

- ¡No!, ¿No podríamos iniciar ahora?, digo, es solo que estoy ansioso.

- Okey amor, creo que aguantaré, hay que cambiarnos — ambos terminamos, salí de la habitación mientras ella esperaba dentro.

Ya completamente metido en el papel toque la puerta.

- Buenas noches oficial — abrió solo una pequeña parte de la puerta.

- ¿Es usted la dueña de un Pontiac plateado aparcado en la acera? — con mis manos en los bolsillos.

- Si....lo soy — abrió la puerta por completo dejando ver lo bien que se le veía esa simple vestimenta.

- Hay una multa que aún no ha pagado...y se suma una más a la lista...— llegué hacia ella dentro de la habitación.

- Lo siento oficial, pero tengo prisa por terminar esto, ¿Podría dejarme un número de referencia o un lugar al que pueda ir a arreglar este asunto después?...— cruzo sus piernas...

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