Tal como querías

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Había escuchado de esta posición.

Pero no la probado antes.

Hasta ahora dejé que todos los hombres me poseyeran como ellos querían.

Pero eso se acabó.

"Linda...aaahhhh..."

Muevo mis caderas para animar a Brett que siga dandome placer.

Yo sigo acariciando su hermoso miembro erecto todo duro y caliente.

Mis manos y boca se ocupan de adorarlo.

Es tan grande.

Solo una parte cabe en mi boca!

Siento una nalgada en mi trasero.

"Linda, quieres matarme de placer?"

Los ruidos que hago mientras que deslizo mi boca de arriba hacia abajo en su miembro confirman sus palabras.

Mi lengua recorre con lentitud las venas que sobresalen de su bello miembro torturandolo.

"Linda, vas a hacer que me venga..."

"Eso quieres?"

Muevo mi cabeza afirmando.

Solo un segundo despues siento su otra mano estrellarse de nuevo en mi trasero.

La lengua de Brett me recorre profundamente arrancandome gemidos y jadeos debido al placer constante.

"Brett..."

De pronto, se tensa por completo.

Sus piernas se ponen increiblemente duras.

Su estomago tiembla un poco.

Sus manos me aprietan por completo por la cintura cuando gime su placer.

"aaahhhhhhh..."
"Huuummm..."

Me deleito cuando los chorros cálidos de su venida blanca llenan mi boca.

Sigo acariciando sus suaves pelotas con mis manos.

Ni mi boca ni me lengua le dan tregua a su miembro.

Quiero que su placer se alargue tanto como sea posible.

"Linda, carajo!"

"Dios... maldición!"

Brett me aprieta, grita, gime, jadea complacido.

"Ahora, es mi turno."

Me incorporo despues de darle un último lameton a todo su, ya no tan duro miembro.

"Si, si, ven, diosa, si..."

Cambio de posición.

El 69 fue delicioso, pero aún no obtengo mi orgasmo.

Me coloco a horcajadas sobre la cara de Brett para que me haga el amor oral.

Mis piernas se colocan a los lados de cada una de sus bellas y calientes orejas.

Mis caderas se remueven intranquilas mientras que miro directamente a Brett devorarme.

Esto es tan sensual y erótico!

Sus manos suben para atrapar mis senos y jugar con mis sensibles pezones.

Dejo que mi cabeza caiga hacía atrás.

Coloco mis manos sobre su pecho.

Me encantan los sonidos que Brett hace cuando su lengua se desliza por mis suaves pliegues!

"Si maldición, si..."

De pronto siento una mano que me acaricia la espalda.

Está algo fría y no puede ser la de Brett.

LindaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora