Habia sonado la alarma hacia unos quince minutos, Eda se levantó a desgana mientras abajo, se escuchaba algunas voces, reconociendo estas rapidamente; su tía y su abuela.
Al levantarse miró la foto que tenía enmarcada al lado de su cama y la cogió, mirandola con tristeza. Era ella de pequeña junto a un chico de unos 12 años, cogiendole por los hombros, y mirando la camara fijamente con una sonrisa, en cambio, él sacaba la lengua. Era verano en ese entonces, se notaba por el vestido azul que llevaba, sus dos coletas una a cada lado de la cabeza y unos zapatitos a juego con el vestido, su boca estaba manchada de chocolate, al igual que sus manos y él, una camiseta de Marvel, manchada de chocolate tambien (ese dia habian decidido coger chocolate de una tarta que el abuelo de Serkan habia tenido a bien de preparar a los pequeños, pero que al final, se la comieron antes de tiempo)
- ¡Eda! ¡Levanta o vas a llegar tarde! - dijo su tia desde la cocina.
- ¡Ya voy tia! ¿Donde estarás Serkan? - murmuró mirando la foto una vez mas y la volvió a dejar en la mesilla de noche.
La joven que ya habia crecido bastante desde aquella foto, se levantó y fue hacia abajo hasta la cocina, dando unos besos a su querida tia Ayfer y otros tantos a su cabezona abuela Semiha.
- Nena, ¿no has escuchado la alarma? Si la hemos escuchado desde aqui. -dijo Ayfer mirandola mientras le deja el desayuno en la mesa.
- Déjala Ayfer, lleva unos dias que apenas duerme, ¿no has visto la cara que nos ha enseñado estos dias atrás?
- Ay, ya...dejad de hablar de mi como si no existiera, necesitaba dormir un poquito, nada mas. -comentó mientras daba una mordida a su tostada de mantequilla.
Eda se dedicaba a las flores, tenia una floristeria no muy lejos de la zona del barrio, y por la noche (algunos dias) era camarera de caterings, se dedicaba a ir a eventos y ofrecer bebidas a los asistentes.
Y estos dias atrás habia tenido varios eventos de golpe, y entre que a la mañana siguiente tenia que estar en su floristeria, apenas habia dormido. Por no hablar, de que hacia dos dias Serkan, el que fue su mejor amigo de la infancia, cumplía años.
-Bueno, me voy a vestir ya, si no me coge el toro. - Eda se levantó de la mesa, dando un último sorbo a su café, y subiendo a su cuarto para cambiarse.
- El toro ya te ha cogido mi niña. -dijo su tia mientras desayunaba y mirando como su sobrina se iba. - ¿Oye, avisa a Melo! - dijo al verla ya vestida y a punto de salir.
- Si, si, por el camino la llamo, ¡adios!
Melo, Melek en realidad, era una amiga del colegio, y que habian compartido muchas cosas, era su mejor amiga, podia contar con ella con los ojos cerrados.
Aunque a veces, no podia evitar acordarse de aquel amigo tan especial que habia tenido y que desde que ella tenia uso de razon, lo recordaba gastandole bromas.
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Lo que la mente olvida, el corazon mantiene
RomanceEda y Serkan se conocian desde pequeños, sus padres eran amigos de toda la vida, ademas de socios de una empresa que organizaba bodas. Cuando nacio Eda, Serkan (que por aquel entonces tenia 5 añitos) la vio como un muñequito con el que jugar. Consta...