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Era tan bonita, veia en Eda aquella pequeña que correteaba tras el para alcanzarle y darle algunos manotazos por haberse metido con ella. Y una risa salió de su garganta al recordarla asi. Dio unos pasos, sonriendo, y nervioso a la par, hasta que carraspeo para llamar su atención.

Eda habia decidido sentarse en la orilla, cerca del mar para disfrutar de la brisa y del silencio aunque de lejos se escuchaba algunas risas y voces. Su mente voló a algunos recuerdos donde aparecia Serkan, y sus padres. Sin percatarse que cogia la arena y la soltaba, una y otra vez. Solo sentia una relajación inmediata como si se hubiera parado el tiempo solo en recoger y tirar la arena una y otra vez, hasta que escuchó una voz, levantó la vista y se sorprendió ante aquel chico que la miraba como si no hubiera nadie mas.

- ¿Qué haces aquí?

El muchacho sonrió y se sentó a su lado, dejando los zapatos frente a él, mirando el mar que descansaba tranquilo, mientras la luna seguía insipiente en el agua

- Veo que te alegras de verme.

La miró, y volvió a notar como ambas miradas conectaban, sintiendo una manada de leones recorriendo velozmente todo su interior, una estampida de elefantes, que pisoteaban fuertemente su corazon que hasta ese momento, no habia vuelto a sentir desde que se marchó.

Lo que Ayfer le dijo; La mente olvida, el corazon mantiene era una verdad inmensa. Siempre habia sabido que algo en el le faltaba, aunque no la recordara con exactitud, la recordó con el corazón.

Eran unos crios y mas ella para entender ciertas cosas, pero lo que tenia claro es que la queria con toda su alma, como jamas habia querido a nadie en su vida.

Eda sin embargo se inquietó, estaba nerviosa aunque trataba de aparentar una tranquilidad que en ese momento no precisaba y deseó, deseó con toda sus fuerzas que los latidos del corazon y esos nervios no lo notase porque a saber que pasaria despues, y lamentablemente, no quería saberlo por lo que optó por levantarse, e irse.

- Lo siento pero me tengo que ir.

Serkan la miraba sereno, ni se habia propuesto levantarse puesto que pensaba revelerle alguna cosita para hacerla volver a sentar.

- Me extraña que no quieras estar mas rato, esta playa era tu favorita, a menos que la hayas cambiado por otra.

Serkan la miró y notó cierta inestabilidad, sintiendo una palidez que era muy notable ante su tez morena.

- ¿Como sa...?

- Recuerdo que aqui veníamos con nuestros padres; un dia, paseando a media tarde por esta misma arena, te quité las coletas y te las tiré al mar, me dijiste que me odiabas con toda tu alma mientras llorabas y tratabas de pegarme, luego me abrazaste fuerte y me dijiste...

- Que eras el peor amigo que podia tener.

Serkan asintió con una cálida sonrisa mientras veia como la joven se sentaba de nuevo, impactada, y con la voz temblorosa. Inmediatamente le puso el brazo por detrás y ella se dejó, mientras le agarraba fuerte de la camiseta, dejando que sus veinte años de ausencia florasen llenas de lágrimas.

- ¿Por que has tardado tanto? ¿Por que no me dijiste nada?

- Eda... - murmuró y en ese instante la hizo callar al mismo tiempo que le cogia de la barbilla y poder mirarla a los ojos mientras que con la otra mano procuraba limpiarle las lagrimas. - Quise volver, le cogí el coche a mi padre y por desgracia no llegué muy lejos, tuve un accidente y...

- ¿Como? - Eda se separó preocupada, mirándole de arriba a abajo. - ¿que te pas...?

Serkan le acarició las mejillas, pegando su frente a la de ella, y soltó un ligero suspiro antes de volver a pronunciarse. Aquel contacto, aquel roce era lo que necesitaba para seguir viviendo. La necesitaba a ella, aunque le costó recordar, algo que le doleria toda la vida.

- Perdí la memoria, no recordaba nada de mi vida aquí, me quedé en blanco, y no le di importancia en ese momento logicamente porque mis padres me dijeron que era de allí, con apellidos turcos, pero que nací en Boston.

- ¿Boston? ¿Has estado alli todos estos años? - escuchar lo vivido le habia encogido por completo el corazon, habia perdido la memoria y ella creyendo que la habia olvidado o que simplemente decidió pasar, sin contar que el habia cogido el coche siendo menor de edad para estar con ella.-

Serkan asintió, besando su frente y dejandole espacio, no queria agobiarla, no ahora que la tenía a su lado.

- Si, cada vez que recordaba algo, tu imagen resultaba borrosa y...

Le contó todo, no quiso dejar nada por el camino, queria hacerle entender que sus padres jamas le habia dicho nada sobre aquella niña borrosa que lo llamaba constantemente. Lo unico que habia notado era unas miradas raras entre los dos, antes de decirle que no era nada.

Lo que la mente olvida, el corazon mantieneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora