Esmeralda

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Esteban la conoció cuando el empresario con quien Esteban iba a trabajar en el negocio de la ropa se la presento, la familia de Esmeralda era quien proveería la materia prima para la elaboración de las prendas y Esteban tuvo que visitar la Hacienda para validar la calidad del producto.

A Esmeralda le gusto el carácter firme y directo de Esteban y que él siempre decía cosas que la hacían reír, a su lado ella se sentía cómoda, físicamente le atraía demasiado y cuando él la veía a los ojos, nerviosa sentía que su corazón se aceleraba. Algunas veces percibía en los ojos de Esteban una sombra que lo hacía perderse en sus propios pensamientos... y eso la intrigaba.

Esmeralda era una mujer que destacaba por su belleza y su porte, a sus 24 años poseía gran madurez y sin proponérselo era muy simpática. De cabello negro y ojos de un intenso verde esmeralda, provocaba la admiración donde quiera que estuviera.

El papa de Esmeralda reconoció en Esteban un hombre responsable y honesto en lo referente al trabajo y muy firme y claro en su trato, así que lo invito a quedarse unos días más en su hacienda para terminar de formalizar el trato.

Dime Esteban ¿Cómo es que sabes tanto del campo y del manejo de una hacienda?

Antes de que Esteban pueda responder, Esmeralda dice: “Papa, no le preguntes esas cosas a Esteban, lo vas a incomodar” Mientras deja una jarra con café recién hecho en la mesa y comienza a servirle una taza a Esteban tal como lo hacía Cristina, Esteban sonríe por el recuerdo.

“Se lo pregunto porque en este tiempo que llevo de conocerlo me he dado cuenta el tipo de hombre que es Esteban y sé que el comprenderá que entre hombres así es como nos conocemos, preguntándonos las cosas claramente, directo al asunto.”

“Tiene razón tu papa, estoy totalmente de acuerdo con lo que dice, señor Ramiro. ¿Sabe? Desde muy chico he tenido que valerme por mí mismo, soy huérfano y estoy acostumbrado a trabajar y a ganarme el pan con trabajo duro y honrado y referente a como se tanto del campo y el cómo se administra una hacienda es porque alguna vez tuve una, vamos a tomarnos el café mientras esta caliente y deje que le cuente algunas cosas de mi vida.”

Esmeralda, Esteban y el señor Ramiro se sientan para tomar el café mientras Esteban les cuenta acerca de Cristina, de la separación y que se divorciara de ella, ya que desgraciadamente a su esposa no le  fue posible superar la pérdida de su hijo y esto provoco una separación definitiva, aunque evitó entrar en detalles respecto a Acacia diciéndoles que su hijastra tampoco lo quería en la Hacienda y por todas esas causas había decidido irse y empezar en otro lado.

Esmeralda no perdía detalle de todo lo que Esteban decía, ese mismo día por la mañana había hablado con su papa externándole el interés que sentía por Esteban y esa fue la razón por la cual el señor Ramiro quiso saber más acerca de Esteban.

La Malquerida 2014 - Un final diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora