Acacia confiesa su amor por Esteban

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En la Benavente, Cristina y sus papas esperan a que Acacia vuelva de la fiesta para hablar con ella, también está presente Héctor por insistencia de Cristina aunque el preferiría estar en cualquier otro sitio menos ahí.

Acacia entra y sin decir ni una palabra, se arroja a los brazos de Cristina mientras llora como nunca antes, a gritos y lágrimas intenta sacar el dolor que siente y busca protección y consuelo en los brazos de su madre.

Todos muy alarmados le preguntan que le ocurre, ¿Porque llego en ese estado? Temiendo lo peor Cristina intenta hacerla reaccionar para que les cuente que es lo que le pasa, pero la abuela de Acacia grita imponiendo el orden y dice que dejen que Acacia llore y se desahogue, ya está en la casa y está segura con ellos.

Todos entienden que es lo mejor y después de unos minutos Acacia comienza a calmarse poco a poco, sigue llorando pero ya más tranquila, Cristina con mucho cuidado y amor, le acaricia el cabello mientras le susurra que todo estará bien, que está en casa y que ella está  su lado.

Afuera se escuchan rayos y truenos mientras la lluvia abundante cae a grandes gotas, la tormenta se ha desatado con furia.

Acacia un poco más calmada, voltea a ver a Cristina mientras le aprieta muy fuerte la mano, Cristina le pregunta si cree que le pueda decir que fue lo que ocurrió que la puso así.

Acacia le dice que sí, que le va a decir porque esta así y que esta vez le dirá toda la verdad.

Cristina no se atreve a preguntar nada más, el tono de voz de Acacia le hiela la sangre.

Acacia sentándose junto a Cristina comienza a hablar:

"Hoy vi al hombre que amo con otra mujer y me di cuenta que cometí el peor de los errores, lo aleje de mi cuando él me ofrecía todo su amor y su vida entera y el tan solo quería algo que ya había conquistado:  mi Amor. Yo fui tan ciega, tan inmadura, tan miedosa que lo desprecie una y otra vez, no quise arriesgarme a vivir junto a él ese amor que ahora he perdido para siempre."

Pero lo rechazaba porque no quería lastimarte a ti a mama, porque aceptarlo a el significaba hacerte un daño terrible y enamorarme de él fue algo que yo nunca, nunca, nunca, quise.

Pero poco a poco se fue metiendo en mi vida para nunca volver a salir de ella, poco a poco al convivir con él, me fui enamorando sin ser consiente hasta que fue muy tarde.

Yo intente de todo para dejar de sentir eso que sentía por él, me aleje pero él siempre me encontraba o sino yo regresaba a estar cerca de él, de una u de otra forma todos me fueron acercando a él aunque yo no lo quisiera, y cuando estuve sola y necesite a alguien, él siempre estaba ahí para mí, él nunca me dejo sola.

Intente olvidarlo saliendo a divertirme, pero mi alegría parece que se fue al mismo tiempo que él se marchó.

Intente volver con Ulises  y reconstruir nuestra relación, pero no pude soportar ni siquiera que me pusiera un dedo encima.

Porque lo que Yo quiero es poder amar a Esteban y ser felices juntos.

Yo quiero que solo él me toque, que solamente él me bese.

Porque en él encontré al hombre de mi vida, Esteban es el hombre junto al que quiero estar.

Cristina se va levantando lentamente del sillón y comienza a alejarse de Acacia, viéndola con una expresión perpleja, de asombro total.

Todos en la sala guardan silencio, Cristina sigue sin decir nada, llega junto a Héctor, a quien toma del brazo y le dice: Héctor, dime que lo que escuche no es cierto, que escuche mal, dime que Acacia me está mintiendo para lastimarme por haber hecho que Esteban se fuera de la hacienda, dime que esta locura no es cierta y que se trata de algún tipo de jugarreta de muy mal gusto de ustedes, Héctorrrrr dímelo!!!!!!

Cristina grita histérica viendo de nuevo a Acacia que muestra una expresión de alivio en su cara, pareciera que se ha quitado una lápida de la espalda, voltea a ver a su papa que muestra una expresión de total confusión y enojo, al voltear a ver a su madre, Cristina y ella cruzan miradas y entonces puede adivinar que la abuela de Acacia ha creído cada una de las palabras que su nieta ha pronunciado, Cristina sabe que su mama conoce a Acacia igual o mejor que ella y esa idea hace que se le erice el pelo de la nuca.

Voltea a ver nuevamente a Héctor y ve en él una expresión de cansancio infinito, sabiendo de antemano la respuesta, Cristina le pregunta: ¿Tu ya sabias de eso verdad?

Todos menos Acacia voltean a ver a Héctor que responde: Lo imaginaba desde hace tiempo Cristina.

¿Y porque no me dijiste nada Héctor? Le pregunta Cristina a gritos.

Porque no estaba seguro y porque no quería que Acacia fuera a tener problemas por algo que no me constaba y porque no quería verte sufrir más Cristina.

Héctor, ¿Cómo pudiste fallarme de esa manera? Yo confiaba plenamente en ti, debiste de haberme dicho, haberme puesto sobre aviso, se trata de mi hija!!!!!!!! Si tu viste algo sospechoso, ¿Porque no me dijiste nada en todo este tiempo, porque???

Cristina, es que no pude encontrar el momento adecuado y con Esteban ya lejos de ustedes 2, no creí necesario causarte un dolor más después de la perdida de tu bebe.

Héctor, quiero que te vayas, quiero que salgas de mi casa. Traicionaste mi confianza y me defraudaste de la peor manera, tú sabes que los hijos son lo más importante y tu preferiste guardar silencio porque te convenía para seguir acercándote a mí en lugar de haberte comportado como un verdadero amigo, vete, vete ya y nunca vuelvas. Sal de mi vida y de la vida de mi hija en este momento.

Héctor sin decir nada más, va hacia por la puerta cerrándola al salir.

En la sala solo se quedan Acacia, Cristina, su abuela y su abuelo.

Cristina lentamente vuelve a sentarse junto a Acacia y con un tono muy bajo de voz, le dice a Acacia: Hija, dime que todo esto no es verdad, que todo ha sido tan solo una invención tuya para perjudicar a Esteban o para castigarme a mí por no haberte puesto atención este tiempo que estuve tan mal, porque te quiero aclarar que yo te lo perdonaría todo, absolutamente todo, pero dime la verdad.

"Mama, yo no quería que tu volvieras a sufrir tanto como sufriste cuando perdiste a mi papa..." dice Acacia con apenas un hilo de voz.

Cristina siente que su corazón se rompe en pedazos a oír estas palabras, toma la mano de Acacia pero suelta un grito involuntario.

¡Acacia, estas helada! ¿Qué tienes? Pero Acacia ya no la oye, se desvanece en el sillón y queda tendida con el cuerpo desmadejado y una profunda palidez marca toda su cara.

La Malquerida 2014 - Un final diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora