La Fiesta

788 26 0
                                    

Todos los socios asisten acompañados por sus familiares, Acacia se siente muy nerviosa por que sabe que va a encontrarse con Esteban y por eso va muy arreglada, se ve hermosa.

Lo ve al otro lado del salón, Esteban porta un traje muy elegante de corte impecable, camisa y corbata a juego, vestido muy distinto a como Acacia lo veía siempre en la Benavente. Se siente impresionada de verlo cambiado, pero tan guapo y varonil como lo recordaba.

Se oye música de fondo, el ambiente lleno de risas y voces, comida y bebidas y Acacia platica con Manuel y algunos otros socios, pero no deja de buscar a Esteban con la mirada.

Lo escucha reír animado y percibe un tono diferente en su risa, intrigada camina acercándose a Esteban como si no tuviera control de sus pies.

De pronto, Acacia siente como si hubiera chocado contra la pared, ve a una mujer de grandes ojos verdes y pelo negro parada muy cerca de Esteban, están platicando animadamente y esa mujer finamente vestida y de impecable arreglo, hermosa en todo sentido que no deja de ver a Esteban con una sonrisa llena de alegría y seducción, mientras lo escucha totalmente concentrada en sus palabras.

Acacia comienza a escuchar que alguien le habla pero no entiende que le dicen, oye como si estuviera parada en lo alto de una montaña, siente que la sacuden del hombro y poco a poco sale de su estupor mientras se da cuenta que es Manolo el que le habla mientras la mira extrañado.

¡Manolo dime! ¿Quién es esa mujer?

¿Cuál mujer Acacia?

¿Cómo que cual Manolo? ¡Esa! ¡La que está hablando con Esteban!  ¡Dime quien es, quiero saber!

Acacia calmante, estas gritándome ¿Qué te sucede? Por favor cálmate, todos están volteando a verte.

¡Que me importa que me oigan Manolo! No me importa nada... ¿Sabes o no sabes quién es la mujer que esta con Esteban?

A ver calmante, si se quién es, pero vamos a allá afuera, estás haciendo un escándalo.

Noooo Manolo, no quiero salir, ¡Yo no me muevo de aquí!

Acacia siente sus sienes reventar, el corazón le late desbocado, siente que el estómago le da vueltas, aprieta los puños encajándose las uñas, respira agitadamente, inconscientemente aprieta mucho los dientes y unos celos inmensos van invadiéndola, Acacia siente que por sus venas corre hierro fundido.

Mientras Manuel apenas empezaba a abrir la boca para decirle a Acacia lo que sabía acerca de la mujer en cuestión, Acacia respira profundamente y decidida avanza dirigiéndose directamente hacia Esteban.

"Acacia buenas noches" dice Esteban al darse cuenta que la tiene parada a su lado, Esmeralda se queda callada mirando sorprendida a la mujer junto a Esteban.

"Hola Esteban, veo que te encuentras muy bien acompañado ¿Nos presentas?" Y sin esperar Acacia dice: "Yo soy Acacia Rivas hija de la señora Cristina Maldonado, la esposa de Esteban" mientras le extiende la mano a Esmeralda y sin sonreírle la mira directamente a los ojos.

"No Acacia" corta Esteban. Las cosas ya no son así, desde hoy tu madre y yo estamos legalmente divorciados.

Acacia consumida por los celos y la rabia levanta el mentón mientras mira a Esteban intensamente, apenas conteniéndose dice: Y tú no esperaste ni un día para exhibirte por todo el Soto con tu nueva conquista ¿verdad? ¿Ella sabe todo? ¿Que estabas casado, que ibas a tener un hijo con mi mama y luego nos abandonaste? ¿Le has contado todo lo que ha pasado aquí? Contéstame Esteban, anda dime, te exijo una explicación, me debes una explicación. ¿Porque viniste con ella precisamente aquí, precisamente ahora?

Esteban hace un gesto preparándose a contestar, pero es interrumpido por Esmeralda que dando un paso al frente y poniéndose cara a cara con Acacia, comienza a hablar:

Esteban me conto todo acerca de Cristina, de su matrimonio, del bebe que perdieron, de cómo fueron separándose y alejándose, los malos entendidos que tuvieron, de su vida en la Hacienda La Benavente y porque decidió dejar todo e irse, yo siento mucho lo del bebe, fue un golpe terrible para Esteban y tu madre, pero esa no fue la razón por la cual Esteban dejo la Hacienda, tu madre le quito el puesto de Administrador y prácticamente lo corrió de la Hacienda y aunque comprendo que en parte fue a causa del gran dolor que sentía por la pérdida de su hijo, también es cierto que hubo otras razones que hicieron que Esteban se fuera y ustedes fueron muy injustas con el, todo el bienestar y prosperidad que tu y tu mama ahora gozan es gracias en gran parte al trabajo y honradez de Esteban, no merecía que lo trataran como lo hicieron.

Y que yo este con Esteban es algo que a ti no te importa, en todo caso quien debería pedir explicaciones es tu madre y sin embargo se abstuvo de caer en dramas y demostró una gran clase al dejar en libertad a Esteban y continuar ambos con su vida.

En eso interviene Esteban, que suavemente toma de la cintura a Esmeralda y dice: ¡Ya basta Acacia! No tenemos por qué soportar uno más de tus insultos, mucho menos Esmeralda que no tiene ninguna culpa por los problemas entre tu madre y yo, vine a cumplir por última vez con mis obligaciones en la Asociación, haz el favor de parar con esto y déjanos en paz, tu puedes regresar con Manuel, Ulises o quien sea que hayas venido.

Lo dijo con amargura, tanta... que no le pasó desapercibida a Esmeralda, que al ver las miradas y actitudes que intercambiaban Acacia y Esteban, supo que había algo que Esteban no le había dicho.

El modo en que Esteban miraba y le hablaba a Acacia no era el de 2 personas con una relación como la que ella había creído, Esteban no era el mismo de siempre, incrédula vio que Acacia y Esteban parecían mas 2 amantes que pelean que una hija recibiendo un regaño de su padre.

Esteban sintió la mirada de Esmeralda clavada en su nuca y recobrando la postura, se aclaró la garganta y dijo: Sera mejor no continuar con esta conversación, estamos dando un espectáculo y no venimos a eso, así que Acacia, buenas noches que pases una agradable velada y siento mucho que lo que paso entre tu madre y yo te haya afectado, por más que me esforcé por componer las cosas, fue imposible. Le deseo lo mejor a Cristina, que encuentre la felicidad junto a un hombre que la valore y la quiera como ella se merece, pero todo lo que ocurrió aquí, aquí se queda.

Cuando el amor entre 2 personas es tan fuerte que supera todos los obstáculos, se forma una pareja,  de otra manera tan solo son dos personas juntas pero no unidas.

Llegue a entender que hay personas no pueden estar unidas, aunque lo que sientan sea algo muy fuerte, no se puede obligar a una persona a tener una relación cuando hay tantas dudas, tantos miedos, tanta confusión.

Me duele mucho que mi matrimonio con Cristina terminara, porque tu madre es una mujer muy valiosa, me duele haber perdido a mi hijo, me duele haber perdido todo, pero no me arrepiento, porque todo lo que perdí fue arriesgándome por algo que para mí valía la pena y en ese afán puse todo de mi parte, pero la otra persona con sus dudas, indecisiones, miedos, culpas, confusiones, dejo pasar el momento ideal, el momento adecuado para tomar la decisión correcta que lo hubiera cambiado todo, porque todas las decisiones que tomamos, pero sobre todo, esas decisiones que no tomamos tienen consecuencias. Yo asumo las consecuencias de las mías y los demás deberán hacer lo mismo.

Yo continuare mi vida y te aconsejo que tú hagas lo mismo Acacia.

Esteban con una mirada llena de tristeza y resignación ve a Acacia mientras ella lo ve con una mirada llena de enojo, negándose a aceptar lo que el acaba de decir, pero dolida porque sabe que Esteban tiene razón, ella dudo en el momento exacto, no tomo la decisión de irse con él, tuvo miedo, culpa, vergüenza de lo que los demás iban a opinar y decidió quedarse y ahora se sentía la mujer más infeliz del mundo.

Acacia iba a decir algo, pero Esteban se volteo y tomando a Esmeralda del brazo, se alejaron juntos hacia un grupo de gente al otro lado del salón, ni una sola vez Esteban volteo a verla, Acacia no podía moverse de ese lugar, se sentía clavada al piso, inmóvil, incapaz de moverse, no supo cuánto llevaba ahí hasta que volteo y vio a Manuel que la veía severo, serio. Calladamente camino hacia ella y pasándole un brazo sobre los hombros, la llevo lentamente a la salida mientras la música de la fiesta y las voces se iban apagando poco a poco.

La Malquerida 2014 - Un final diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora