Capitulo 15. Tus recuerdos borrados

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—creo que te equivocas— balbuceo rápido y paso de el pero sujeta mi brazo y me lanza una mirada llena de odio.

—que graciosa— entre cierra los ojos. Se lame los labios y me recorre con la mirada. Una sonrisa perversa le cruza el rostro. Algo trama. —acompáñame —me jala para que camine con él. Me niego. —no querrás hacer un escándalo.

—Tengo que irme— volteo hacia Jean "Cali", pero no está. Busco su figura y no la encuentro por ningún lado.

—solo quiero que hablemos, será un minuto— dice más cordial. Acepto y camino detrás de él. Aun desconfiada y en alerta pero curiosa por saber que dirá.

Rodeamos las cabinas y se extiende un largo pasillo oscuro apenas iluminado de luces neón situadas en el techo.

—Alexander— ambos volteamos a ver cómo viene hacia nosotros Cali con gesto preocupado y nervioso.

—será solo un momento— le dice Alexander alzándose de hombros.

Entonces Cali clava sus ojos en mí y yo no puedo evitar una gran sonrisa.

"¿Te transformas así para dejarte follar por hombres y después robarles?"— le hablo mentalmente a Cali.

"Estas demente"— me responde frunciendo el ceño. "Estas en problemas, Alexander te ha descubierto aquí en su noche de club"

"¿Que diría Alexander si se entera que estamos juntos tu y yo?" —le pregunto con burla, provocándola. 

—creo que nada bueno— susurra Alexander borrándome la sonrisa al instante. Levanta la mano y me lanza por los aires directo al fondo del pasillo. Rompo una puerta blanca y caigo al piso.

—¡Tayna! — grita Cali. La veo intentar venir y Alexander también la lanza al aire pero la manda al otro extremo sacándola del pasillo.

—¿Qué es lo que quieres putita? —se sube arriba de mí y aprieta mi cuello con su tosca mano. —¿Eh? — aprieta y aprieta con fuerza. Pataleo y manoteo, pero se sube sobre mis piernas y sujeta mi otra mano. Lucho por respirar y a la vez por salir de sus garras. Y a pesar de que tengo fuerza de hombre en este momento, no logro moverlo. Empiezo a ver luces parpadeando frente a mí, mis pulmones arden.

—mu...—clava sus uñas en mi cuello y me alza la cabeza para azotármela contra el piso— es...— vuelve a levantarme— tra...— me azota— te...—me levanta — tal...— y me azota— ¡cómo eres! —

Las luces se hacen más fuertes además de un fuerte dolor de cabeza.

Solo veo sus ojos dejar de ser grises para tornarse oscuros, tan oscuros que temo por mi no vida —quiero terminar contigo, con tu figura original— gruñe furioso, pero yo no tengo ni fuerzas para pensar.

Me suelta desesperado y me siento inhalando con urgencia. Sobándome el cuello con dolor. Toco mi cabeza y mi dedo está manchado de sangre.

—me enferma, de verdad me enferma tu olor, tu cuerpo e incluso tu maldito nombre— camina de un lado al otro como loco con la mirada perdida.

—No te molestaba cuando te aprovechabas de mi— suelto sin pensar. Lo que provoca que me mire y me entre pánico cuando veo su bota impactar contra mi rostro.

Aprovecha mi aturdimiento y me tumba en una camilla de madera improvisada. Me toma de la barbilla y me hace elevar la cabeza. Puedo observar una pared transparente frente a mí con unos cinco o seis hombres con máscaras y cabezas de plástico de animales diabólicos, están sentados sobre imitaciones de tronos altos. Llevan en sus gruesas manos una cadera de donde al otro extremo esta sujetado un collar al cuello de chicas disfrazadas con látex y ligeros, arrodilladas a sus pies, sentadas sobre sus tobillos, con la cabeza viendo al piso, en poses sumisas. La habitación donde están ellos esta demasiado oscura, tan solo da una tenue luz amarilla y roja hacia ellos lo que los hace ver imponentes.

Pacto Perfecto 2. La Dark Room. (+21) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora