Capitulo XXX

38 5 6
                                    

Mackenna

El rubio no se mostro sorprendido cuando al abrir la puerta lo primero que vio fue a Mackenna Murphy parada delante de la misma. La pelirroja había salido de la casa de su abuela, ignorando la llamadas tanto de Leonora como de su padre, solamente para ir en busca de Connell. Por lo que parecía, la casa se encontraba vacía excepto por el rubio como el único que habitaba ahí en ese momento.

Ninguno de los dos estaba hablando en ese momento, los ojos del rubio terminan en las manos de Mackenna, quien sostiene una campera azul con estampados de dinosaurios de colores, a la campera le habían pasado los años por encima, y Connell estaba mas que seguro que no volvería a quedarle. Con una leve sonrisa, la invita a ingresar a su casa.

La chica jugaba con la tela de su falda a cuadros, no había encontrado otra ropa en la casa de su abuela, mas que una vieja falda cuadrille, medias lar gas que la protegían del frio otoñal, y un sweter color crema. Connell ingresa a la habitación con las tazas de té, una negra y la otra blanca, el chico las deja en la mesita de noche antes de acercarse a Murphy. Tenía una simple remera gris con un desgastado dibujo de una pintura de vang gohg, pantalones azules y el cabello rubio como ya era habitual.

-Entonces ya estuvieron aquí.-dice ella mientras que Connell agarraba la campera.-Nunca me lo dijiste.

-Nunca preguntaste, tu solo asumiste que nunca vinimos aquí.

-Entonces siempre supieron quien era yo, ¿no?.-pregunta ella, el rubio la mira.

-No estaba seguro, tuve unos recuerdos de aquello en mi niñez, pero no lo sabia.-contesta sentándose a su lado y se corre unos mechones de cabello para mostrar una vieja cicatriz.-Esto paso cuando me caí desde la distancia a mis doce años, y aunque no me creas Murphy, soñé contigo.

La chica le veía mucha casualidad a la caída de Connell a los doce años, ella también tuvo un accidente a esa edad en el trampolín de la pileta. Cuando su cabella impacto con el suelo, soñaba con un chico rubio, soñaba con los recuerdos que su memoria la protegían.

Connell atrapa la mano de Murphy entre las suyas dándole pequeñas caricias.

-Habíamos ido de vacaciones a este pueblo cuando era pequeño.-dice Connell.-Fue un plan de ultimo minuto, nuestro primer plan era ir a Holanda donde estaría mi abuela junto con nuestro tío esperándonos, pero no fuimos bien recibidos por mi abuela, no se que paso, solo se que mamá lloro demasiado aquella noche. Nuestra abuela no nos quiere Murphy, y es la verdad, no se como te sentirás tu ahora...pero tuviste un hogar, si te ocultaron por años algo que merecías saber, pero nunca te falto nada, todos te quisieron.

-A ti todos te quieren, Connell, tu abuela solo es una parte de las personas que no lo hacen.

El rubio se ríe.

-Eres dulce al pensar que todos me quieren, puedo hacerte una lista de mis enemigos y tal vez no terminemos hoy.-contesta el chico recostándose en la cama y llevandose las manos detrás de su cabeza, provocando que la remera se le levante mostrando una parte de piel desnuda, Murphy lo mira antes de copiar su posición, colocando las manos de ella en su vientre.

Los ojos de la chica van al techo.

-¿Tiene que ver con lo que Lance dijo?.-pregunta ella.-Todo lo de Francia.

-Es mucho. -opina el chico con los ojos cerrados.

-Yo solo quiero saber, Connell. ¿Qué es tan malo que no me puedes decir?.

El rubio abre los ojos para observarla. Las manos del rubio buscan la de Murphy para entrelazar sus dedos.

-¿Te acuerdas cuando no me querías mostrar el video porque temía que te viera diferente?.-susurra y ella asiente.-Yo temo contarte y que hagas lo mismo.

Twisted Lies| [Secrets #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora