Prologo

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Por mucho tiempo, en la ciudad de Duruby se corría el rumor de que al final de la calle Benson, en una casa en particular demasiado grande y antigua habitaban fantasmas. Todo se debía a que hace mucho tiempo ocurrió un terrible caso de homicidio, ese rumor prevaleció por demasiado tiempo, y las familias que se mudaban a aquel hogar terminaban huyendo debido a que decían que sentían una presencia extraña, los vecinos juraban que escuchaban ruidos a la noche y mas de una vez había niños que se metieron a hacer bromas. 

La policía siempre iba a investigar, pero no encontraban nada, dejándolo solamente como una historia de brujas. La casa al día de hoy seguía estando en venta, pero nadie tenía un especial interés por adquirirla. 

Pero el tiempo pasaba, al igual que las estaciones y empezaron a haber mas movimiento. Un día, la casa parecía mas brillante a pesar de la sombría sombra que la perseguía, las hojas secas y los pastizales crecidos fueron arrancados para darle espacio a un lindo jardín delantero, los vecinos y demás habitantes del pueblo estaban mas que intrigados sobre la nueva familia que llegaría a mudarse. ¿Acaso aquellos durarían mas en un hogar como ese?

Una chica pelirroja se movía encima de su bicicleta celeste hasta detenerse intrigada por el camión de mudanzas estacionado frente al hogar, hombres con uniforme bajaban los pesados muebles, mientras que la mujer jalaba la mano de un pequeño niño que le daba la espalda, un hombre adulto junto a un chico mayor bajaban otros muebles y dos adolescentes se estaban peleando por algo que no llegaba a distinguir. 

Tenían cuatro niños. No, cinco.

Apenas lo había notado. Se mantenía alejado de todo el retrato y alboroto familiar. Tenía unos grandes auriculares colocado encima de su cabeza, el cabello rubio peinado en punta, y la mirada fija en sus pies. Levantó su mirada lentamente para encontrarse con la de la pelirroja que se lo quedó observando, él mueve su mano en un "hola"  y las mejillas de la joven se sonrojaron, pero el chico sonrío, con la misma mano que saludo, se la coloco encima de su sien, extendió dos dedos simulando su arma y se la apunto en su propia cabeza fingiendo el disparo.



La joven guardó su bicicleta en el garaje y luego ingresó a su hogar siendo recibida por el fuerte olor de masa caliente, siguió el aroma a la vez que escuchaba a su madre hablar. 

—¿Eres tú, cariño?—preguntó y cuando mira a su hija le sonríe, agarra otra de las galletas poniéndole mas glaseado—¿Como estuvo tu paseo?

—Unos vecinos se mudaron, en la vieja casa abandonada—comento ella mientras se sentaba encima de la isla, cuando su madre le echa una mala mirada, se apresura a bajar apoyándose en la misma y sonríe. 

—Bueno, era cuestión de tiempo, esa casa se vende a un buen precio bastante accesible. ¿Emocionada por tu inicio de clases?

Se encogió de hombros y se dirige a su habitación. Tenía la sensación de que ese año escolar seria diferente. 

Twisted Lies| [Secrets #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora