Capítulo 5

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Capítulo 5.

    −¿Estás segura de que no puedes hacer una pequeña parada en mi casa antes de ir a tu cita?

      Las clases habían terminado, y Tracy se negaba a llevarme a casa en su destartalado Honda, ya que se reuniría con un chico de Eastern.

      −Ya te dije que no puedo. ¿Qué tiene de malo el autobús?

      −Te odio.

      Llegamos a la salida, y como todos los días Caitlin estaba junto a su auto y sus “amigas”, observándome con desprecio. Creo que nunca superará lo de Tyler, pero me importa muy poco.

      Desde nuestro beso en el Red hemos salido algunas veces, al cine o simplemente a dar un paseo en su motocicleta.

      −Después de todo, no tendrás que irte en autobús. –Trace apuntaba hacia el estacionamiento.

      Sin entender a qué se refería, miré hacia allá y me encontré con una agradable sorpresa. Tyler estaba allí apoyado en su moto, en cuanto me vio, una sonrisa extremadamente sexy se formó en sus labios.

      No sé de dónde saqué el valor suficiente para ir a su encuentro, tomar su rostro y plantar mi boca en la suya. Al parecer no le molestó en absoluto, pues pasó sus manos por mi cintura e intensificó el beso.

      −Si vas a recibirme así, pasaré por ti todos los días. –su respiración se notaba entrecortada, igual que la mía.

      Sonreí tímida.

      Luego de otro corto beso, Trace apareció a nuestro lado.

      −Pero que bonito espectáculo, tortolitos. –se rio. –Me marcho, Peace. Diviértanse.

      −¿Nos vamos? –preguntó mientras sacaba el casco del maletero.

      −¿A dónde?

      Puso el casco en mi cabeza y comenzó a abrocharlo. Al terminar recorrió mi cuello con sus dedos, enviando una descarga eléctrica por todo mi cuerpo.

      −A mi departamento. Quiero que lo conozcas.

      ¿Los dos solos en su departamento? Nunca antes hemos estado a solas y debo admitir que me aterra o me pone nerviosa la idea, no sé bien.

      Mientras conducía sentía como los nervios aumentaban. ¿Y si él quería… eso que todos los hombres quieren?

      Por supuesto que no. Trace ha pervertido demasiado mi mente, que me invite a su casa no significa que vamos a tener sexo, debo dejar de mal pensarlo todo.

      Su edificio quedaba algo alejado, pero era un barrio decente. Bajó del vehículo y me ayudó a hacer lo mismo.

      Al entrar saludó al portero amistosamente y después me guio hasta el ascensor. Ya dentro marcó el último piso: 25.

      Tragué saliva y esperé a que el silencio se volviera menos incómodo, pero cuando se cerraron las puertas fue todavía peor. Se percibía algo de tensión en el ambiente.

      El ascensor llegó al piso indicado. Caminamos hasta la puerta en el fondo del pasillo y Tyler sacó una llave de su bolsillo.

      −Bienvenida a mi humilde morada. Toma asiento. Iré por algo de beber. –dijo y desapareció en la que supongo es la cocina.

      Le hice caso, me senté en el sofá mientras observaba todo a mi alrededor. Esperaba encontrarme con ropa tirada y cajas de pizza por todos lados, además de los típicos posters de mujeres semidesnudas pegados en las paredes, pero el lugar estaba en perfecto orden. Había un mueble repleto de libros, una pantalla plana colgaba de la pared frente al sofá y en el otro extremo estaba el comedor, compuesto por una pequeña mesa redonda y cuatro sillas. También había una lámpara y uno que otro cuadro de arte moderno.

Beautiful NaivetyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora