Capítulo 15

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Capítulo 15.

Desde ese día mi relación con Tyler cambió. Supongo que comenzó a ser como debió haber sido desde un principio, es decir, solo amigos. Cada vez pasábamos menos tiempo juntos, ya que era todo lo contrario con Scott. En las últimas semanas nos habíamos vuelto muy cercanos. Incluso Trace se ponía celosa de él.

―¿Cómo no quieres que me ponga celosa? Me quitará el puesto de mejor amiga, porque es todo lo que conseguirá de ti. Ni si quiera un beso le has dado al pobre.

―Tal vez esta noche suceda. ¿Quién sabe?

Movió las cejas de manera sugestiva. ―Ya era hora.

Decidí dar un paso en mi "relación" con Scott. En varias oportunidades él había intentado besarme, pero yo lo rechazaba sutilmente. No me sentía preparada en aquel entonces, pero Tracy tenía razón, ya era hora.

Hice acopio de todas las lecciones que mamá y Tracy me habían dado, aunque sin exagerar como ellas acostumbraban a hacerlo.

Usé el vestido que mi amiga me había obligado a comprar. Era bastante bonito, lila y ajustado, pero extremadamente corto. Alisé mi cabello y le puse una loción que olía delicioso. Me esmeré con el maquillaje y el resultado no fue nada malo.

―La aprendiz superó a la maestra. Estoy orgullosa ―Trace fingió secarse una lágrima.

Sí, como no. Ella lucía sensacional con sus jeans preferidos y una blusa que dejaba al descubierto su ombligo.

Scott había quedado en pasar por nosotras a las 23:00 hrs. Aún faltaban algunos minutos, así que bajamos a la sala donde estaban mis padres, lo cual por cierto era un milagro. Papá jamás estaba en casa.

―Que guapas están ―nos alagó él.

Cuando Scott llegó, a mamá se le ocurrió que sería una buena idea invitarlo a entrar pero logré convencerla de que mejor otro día.

―Wow... ustedes están... wow ―dijo Scott al vernos. Yo subí en el asiento del copiloto y Trace atrás.

Como siempre, fuimos al Red. Hace más de dos semanas que Tyler y yo no veníamos juntos. Y al parecer no le importaba mucho, pues cada fin de semana lo encontraba tragándose a una muchacha diferente.

A penas podíamos avanzar entre tantas personas, pero ya me había acostumbrado e incluso me gustaba. Con tanta gente, nadie se fijaba en mí ni en mis pasos de baile, por lo que podía moverme de la forma que se me antojara.

Después de beber algo los tres juntos, Tracy se fue a bailar con un moreno muy guapo, no sin antes desearme suerte. Nosotros no tardamos en imitarlos.

Scott me tomó por la cintura y me apegó a su cuerpo. Nuestros rostros estaban demasiado cerca y la sensación que aquello me producía no me molestaba en absoluto.

A pesar de todo el espacio que había en el club, Tyler bailaba casi a mi lado con una pelirroja de grandes senos. Decir que no me importaba sería una mentira y que ellos no estaban casi teniendo sexo allí mismo, también.

Dejé de mirar y me enfoqué nuevamente en el chico frente a mí. Sus ojos marrones eran muy bonitos y él era bastante guapo.

Sus manos viajaron a mi rostro. Acarició mis mejillas y lentamente acortó la poca distancia que quedaba entre nosotros hasta que nuestros labios se tocaron.

Narra Tyler.


La besó. El muy maldito se atrevió a besarla. Me detuve abruptamente porque no me esperaba eso en absoluto.

Savannah, creo que ese era su nombre, me miró extrañada. ―¿Sucede algo?

―Necesito un trago.

Sin más que agregar, salí del tumulto de personas en dirección a la barra. Allí le pedí un whiskey doble a Camille.

―¿Todo bien, Maddox? ―preguntó mientras vertía el líquido ámbar en un vaso.

―Ajá ―gruñí.

Tomé mi pedido y fui a la mesa donde estaban mis hermanos y Shepley. Al parecer les bastó con ver mi cara para darse cuenta de que no estaba para bromas.

Me bebí el whiskey de una sola vez. Tenía tantas ganas de golpear algo, más bien a alguien. A un imbécil que se encontraba besando a quien no debía.

Le di un brusco manotazo a la copa, que cayó a los pies de un estúpido que estaba allí parado.

―¡Hey, ten más cuidado, idiota!

En un abrir y cerrar de ojos estuve de pie frente a él, preparado para darle la golpiza de su vida. ―¿O sino qué?

Sin detenerme a pensarlo le solté un puñetazo. Necesitaba descargar este enojo con alguien. Iba a lanzarme contra él, pero Taylor me detuvo.

―No montes una escena

―Suéltame o el siguiente serás tú, imbécil

Hizo caso, pero agregó un empujón que por poco me envía de bruces al suelo. Eso bastó para cambiar el blanco de mi ira.

Mi puño se dirigió a su mejilla, pero el maldito era rápido y logró esquivarme. Volví a intentar, ahora apuntando a su nariz.

A pesar de que estaba sangrando, me lo devolvió en menos de un segundo. Esto era lo que necesitaba.

Nadie se atrevía a separarnos, algo típico. Y los entendía, cualquiera que apreciara su vida no se metería en una de nuestras peleas. Sobre todo en ésta.

―¡Tyler, para! ―oí gritar a la chica que se estaba convirtiendo en alguien cada vez más importante en mi vida.

Sus pequeñas manos me agarraron por los hombros y yo me detuve al instante. No me arriesgaría a que le llegara un golpe por parte del estúpido de mi hermano.

Me levanté del suelo y limpié la sangre de mi labio con la manga de mi camiseta. Peace me miraba entre asustada y anonadada. No me gustaba que me viera de esa forma.

En su rostro había cientos de preguntas, pero no quería contestar a ninguna. Tomé mi chaqueta de la silla en la que la había dejado y desaparecí de allí.

Narra Peace.

Él simplemente se fue, sin decirme una palabra.

―No te preocupes, Peace. No es la primera vez que dan ese espectáculo ―intentó tranquilizarme Trenton.

Al parecer era verdad, porque los guardias no hicieron nada y Shepley y él tampoco. Taylor se secó la sangre de la misma forma que lo hizo su hermano y volvió a su asiento.

¿En serio eso acababa de suceder? Pareciera como si lo hubiera imaginado. No entendía por qué de repente Tyler se puso así. Me debía una buena explicación.

―¿Quieres quedarte o...?

―Me gustaría ir a casa, si no te importa.

―No, por supuesto que no ―contestó Scott.

En el trayecto yo seguía pensando en Tyler. Tuve la loca idea de que se podía haber puesto así porque nos vio a Scott y a mí besándonos, pero la deseché al instante. Era imposible.

―Fue una noche perfecta, hasta que Tyler lo arruinó todo ―comentó Scott, cuando aparcó afuera de mi casa.

―Nada se arruinó ―hice acopio de todo mi valor y besé sus labios. ―Adiós, Scott.

Beautiful NaivetyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora