VI

356 40 47
                                    

Una semana pasó en un abrir y cerrar de ojos. El nuevo año se aproximaba
glorioso, pues estaban a solo un paso de los 60's. 1959, 14 años después de la segunda guerra mundial y el inicio de una era de paz, sin hostilidad y libre de disturbios.

Tener solo 3 años cuando la guerra comenzó, hizo que la infancia de Roger estuviera llena de memorias borrosas, dias enteros en refugios, noches llorando junto a su madre porque su padre nunca volvió.

Y ahora, 14 años después, Roger aún no habia podido encontrar esa paz en la que todo el mundo se regocijaba.

Roger no quería salir de casa porque hacía demasiado frio, y aunque nunca antes habia tenido problemas con eso, ahora parecía haberse convertido en su peor enemigo. Culpaba de todo al invierno: su malestar estomacal, su mente desordenada, sus mejillas que parecían estar rojizas de una forma permanente, todo gracias al helado, paralizante y oscuro invierno.

Roger no sabía si estaba describiendo al invierno o a los ojos de Brian.

-¿A que te refieres con que no has salido de la casa en siete dias? ¡Mi amor, deberías salir! ¿Que vas a hacer el 31? Siempre tenemos fiestas a donde ir, perdón por no estar ahi. Chrissie me dijo que Brian invitó algunos amigos, ¿No fuist-- Chrissie dijo a través del teléfono y el aliento de Roger se estancó mientras sus manos jugueteaban con el cable del teléfono.

-No- f-fui a un bar con John, es todo.- Roger respondió cortante y Roger
suspiró.

-Oh, John, el es... es un buen hombre. ¿Como están él y Verónica?-Dominique preguntó.

Roger tragó duro. Brian de hecho si lo habia invitado esa noche, le mandó la invitación por correo. Pero Roger no fue, no, no pensaba que su presencia fuera necesaria. ¿Acaso estaría molesto con el por no haber ido?

-Roger, ¿sigues ahi?-

-Si- dijo él de repente -Creo que se volvieron a tomar un tiempo, John no parecía muy convencido con ella- continuó.

John era su unico amigo de la escuela de Derecho, el unico amigo con quien le gustaba pasar el tiempo. Los
otros eran muy molestos.

-¿Por qué? John no parece estar convencido nunca con ninguna mujer, es demasiado promiscuo. - Dominique dijo entre risas, mientras la mente de Roger comenzaba a vagar.

¿Por que a John no parecían convencerle del todo las mujeres? ¿Podría ser que, quizá, tambien tuviera una inclinación hacia los hombres? No, no, que horrible al
menos pensarlo. A John le gustaba acostarse con muchas mujeres, eso seria demasiado contradictorio a sus gustos.

Roger se comenzaba a preguntar cuantos hombres estarían inclinados a gustar de otros hombres. ¡No, eso no podía ser! ¡No debería!

-Roger, sigues quedándote en silencio, debes estar cansado. No quiero decirte que hacer, sé que no me corresponde, pero cariño, deberías salir! Sé que la casa
debe ser un desastre con libros regados por todas partes, pero está bien, no tienes por que hacer la limpieza. Debería estar ahi, mi madre se va a molestar conmigo por haber dejado a mi esposo por tanto tiem-

-No creas que no puedo estar sin ti, Domi. Soy tu esposo, puedo cuidar de mi mismo, deja de pensar que tienes que estar a mis pies todo el tiempo, eso es muy anticuado.-Roger se quejó.

Hubo silencio, y después: -¡Lo siento mucho! No quise molestarte, y-yo solo... perdoname, Roger, por favor no te molestes conmigo, y-yo solo decía que d-debería estar ahi y... lo siento.- Dominique dijo con voz cortada.

-N-no debí levantarte la voz. Te llamo después, saldré a comprar algo de comida y regresaré a limpiar un poco- Roger dijo y Dominique tragó, casi se podia imaginar que estaba a punto de llorar.

SOMEBODY TO LOVE [Maylor] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora