XVI

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Había pasado una semana desde que Chrissie se fue. El clima se había vuelto más cálido y la fría y opaca niebla de Londres se estaba convirtiendo en una sonrojada primavera.

Los árboles se volvian más verdes, sus retoños comenzaban a florecer con vívidos pétalos. Se quitaron los abrigos y la gente volvió a llenar las calles.

Roger tenía un pañuelo azul atado alrededor de los ojos y las muñecas envueltas con otro pañuelo escarlata que las sujetaba a la cama. Estaba desnudo, retorciendose en la cama de Brian, dejando escapar gemidos y gritos jadeantes.

- Mi hermoso ángel- Roger escuchó la voz ronca de Brian decir.

Brian besó el pecho desnudo de Roger, haciendo pequeños círculos con una mano en la línea de su cintura mientras con la otra metía dos dedos dentro del chico. Roger movió sus caderas, un quejido decepcionado dejando sus delicados labios al no sentir fricción.

- B-Brian- tartamudeó, moviendo la cabeza de un lado a otro, frenético.-Nngh- bésame- b-bésame-

- Por supuesto- susurró Brian, y lo besó. Roger sintió los dedos de Brian empujarse más hacia arriba y alcanzar su próstata, gimiendo en el beso, finalmente sintiendo el cuerpo vestido de Brian contra su polla.

Roger se empujó hacia arriba, vergonzosamente necesitado, queriendo nada más que a Brian para tocarlo por todas partes.

Había estado con Brian todos los días durante la semana pasada. En el momento en que terminaban sus clases, Brian lo recogía y lo llevaba de regreso a su hogar. Roger volvía a lo suyo a veces, por periodos cortos, pero Brian siempre lo convencía de pasar la noche juntos.

Roger sentía culpa en el fondo de su estómago por ser tan negligente con Dominique, pero ella había estado demasiado ocupada en el hospital y dormía en el momento en que regresaba del trabajo.

Eso, sin embargo, hacía poco por reducir su remordimiento.

Hoy, el sol se había puesto horas antes. La luna se alzaba en lo alto del cielo, poderosa en su aproximación para parecer tan dócil pero vigilante.

Brian le había sonreído a Roger al verlo y rápidamente aumentó su excitación ante la idea de estar atado. Roger lo había hecho de buena gana, o mejor dicho, con entusiasmo.

-Bebé.- Brian declaró, necesitado, comenzando a masajear la próstata del chico con sus largos dedos, quien sintió que su cabeza se fulminaba de placer como si le hubieran encendido fuego en la boca del estómago. Los gemidos de Roger se hicieron más fuertes y su respiración se hizo más entrecortada.

Sus manos permanecieron en lo alto, tirando de sus ataduras, aunque era muy consciente de que las quería puestas. Ver solo oscuridad le hizo apreciar más el tacto, los dedos y la voz de Brian.

- B-Brian.- Roger gimió, mordiéndose el labio con tanta fuerza que se sintió mareado. -Dios- p-por favor- Roger soltó, desesperado.

Brian lo calló suavemente. -Eres hermoso así- le dijo, inclinándose a besar su pecho, viendo como sus muslos se apretaban y sus piernas se levantaban involuntariamente ante los pequeños círculos que Brian hacía en su próstata.

-Que fascinante es verte tan complaciente en mis manos. Estás listo para darme todo- dijo Brian, asombrado. -Me has dejado llevar al borde tus sentidos. ¿Confías en mí para hacerte el amor, mi amor?-

- Si.- Roger exhaló. -Lo disfruto... I-inmensamente. Cuando- cuando tomas el control de mí. Tócame más, por favor. Lo anhelo.- Roger dijo con los labios húmedos. Brian presionó otro beso en sus labios abiertos. Sacó los dedos de su interior, sosteniendo ambos lados de sus muslos y los levantó, empujando su miembro hacia adentro con bastante rapidez.

SOMEBODY TO LOVE [Maylor] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora