XXVIII

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Dicen que el amor es la fuerza más poderosa del universo.

Dicen que puede unir a dos seres como nadie y nada más. Dicen que puede hacer que alguien cruce hasta llegar al otro lado del mundo. El amor.vuelve loca a la gente, la hace llorar, la hace sonreír. El amor puede ser entre una pareja de esposos amorosos, una madre y su hijo, una niña pequeña y su mejor amiga.

Dicen que el amor no tiene límites.
Pero, ¿No fueron ellos quienes le pusieron límites al amor?.

Roger ya se había ido cuando Brian despertó, temprano en la mañana. Sintió el vacío a su lado, el vacío del otro lado de la cama. Se sentó en un instante, sintiendo una inmensa tristeza, y caminó hacia la ventana, solo para ver a retirar Roger caminando por el camino hacia su casa.

-¡Roger!- Brian llamó desde la ventana en voz alta. Roger se detuvo en el camino y se volvió para mirar a Brian, quien sintió su corazón detenerse por un segundo. El chico todavía tenía moretones en la cara.

Roger le dio a Brian una mirada amable, pero Brian sabía lo que significaba, a pesar de que no dijo ninguna palabra, sus ojos transmitían bastante: que no podrían volver a estar juntos así. Y Brian casi sintió un enigma, porque ¿cómo podía Roger ser tan... generoso?

Cada vez que Brian se sentía herido, iba corriendo a Roger. Y cada vez, por mucho que Roger supiera que saldría lastimado, lo recibió con los brazos abiertos. Lo abrazó por la noche y le dijo que todo estaría bien.

El mismo Roger le dijo a Brian que su hijo era más importante que nadie. Todo eso estando enamorado de él.

Pero ahora mismo, después de estar tan lastimado y tener la semana más horrible, Roger se escapó a las 6 de la mañana a su casa para no lastimar a... ¿A Chrissie, tal vez? ¿Cómo podía ser tan desinteresado, tan generoso? ¿Poner siempre la felicidad de Brian por encima de la suya?¿Era eso lo que realmente es el amor?.

Roger no merecía nada más que felicidad, y Brian no sabía cómo dársela.

Se metió a ducharse con agua tibia durante un buen rato, pensando, la fuerte presión del agua contra su piel lo hizo mirar al futuro, lo solitario que parecía sin Roger en él.

Roger era la puerta del cielo hacia la que Brian seguía corriendo, era un pequeño escape al paraíso, era un ángel enviado desde el cielo para curar y amar a Brian... Como desearía poder ser lo mismo para Roger.
Con Roger, Brian se sentía como Lázaro.

Después de la ducha, salió sintiéndose decepcionado. Quería pasar el día solo con Roger y nadie más. Entró a la cocina y encontró a Chrissie, preparando el desayuno.

-Buenos días- dijo ella. -Te despertaste bastante temprano-

-Sí. Gracias por preparar el desayuno.- Brian dijo, extrañamente formal. Caminó hacia Chrissie y le dio un rápido beso en la mejilla, el cual se sintió forzado. -¿Sabes por qué se fue Roger?- Preguntó Brian.

-Lo vi escabullirse mientras yo bajaba. Le pedí que se quedara a desayunar, pero me dijo que se había quedado más tiempo en su visita- Chrissie se rió entre dientes y luego miró a Brian. -Es uno de los hombres más agradables que he conocido. Ojalá todos los hombres fueran como él-.

-¿Cómo? ¿Gay?-

-Si.-

Brian se rió entre dientes. -Entonces no tendrías a nadie para ti.-

-Creo que he superado a los hombres, ya no me gustan tanto como antes. Tenía un... extraño deseo por los hombres, pero meh. Creo que era algo dentro de mí que me hacía ponerme por delante de los hombres para tenerlos debajo de mí, pero ya no siento la necesidad de hacer eso. Ahora me siento más segura de mí misma como mujer- dijo Chrissie con una sonrisa, tomando un plato lleno de huevos y salchichas y llevándolo fuera del comedor. Brian caminó tras ella.

SOMEBODY TO LOVE [Maylor] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora