XVIII

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"Put your head on my shoulder," la suave melodía resonó por toda la habitación como el viento, llenando el vacío a su antojo.

" Hold me in your arms, baby" continuó la canción, ahogando los gemidos sin aliento que llenaban la sala de estudio.

Roger dejó caer su cabeza hacia atrás, sobre el ancho hombro de Brian, su pecho palpitante, brillante por el sudor. El virtuoso cuerpo de Roger estaba sentado en el regazo de Brian, ambos sentados sobre el sillón marrón de su estudio. Las manos del hombre guiaron delicadamente sus caderas, deslizando su pene dentro y fuera de Roger y con movimientos fluidos.

El toque de Brian era como la llama de una vela, y Roger se derretía sobre él como cera caliente, su mente nublada por el placer abrumador, al igual que sus ojos. Hacía calor. Oh tanto calor, el aire a su alrededor era significativamente más denso, la humedad se extendía por sus cuerpos bronceados, y su desnudez solo hacía que el calor aumentara.

Roger tenia las manos arriba, sus dedos jugueteando con los mechones del cabello ruloso de Brian. Estaban callados, encantados con la música, con ellos mismos. Brian besó su cuello, su suave piel pálida, como la Luna, rogando por ser mordida.

-B-Bri- Roger jadeó. -B-Brian- balbuceó, perdiendo sus sentidos, su poder, su autocontrol. El pene de Brian latió dentro de él, golpeando su próstata con tanta fluidez, haciéndolo gritar y arquear la espalda.

Brian pasó sus manos por su trasero, amando lo necesitado y ansioso que estaba su chico.

-Tan hermoso.- Brian murmuró las únicas palabras en su mente. -Mio, mi hermoso niño.-

-T-tuyo- susurró Roger, con el corazón latiendo rápidamente, sus pensamientos dando vueltas en el torbellino de su mente en medio de su humeante intercambio de palabras.

"Just a kiss goodnigth, maybe," cantó Paul Anka desde el tocadiscos. "You and I will fall in love,"

Los ojos de Roger se abrieron cuando Brian murmuró suaves elogios sobre su nuca, su estómago agitándose en respuesta, la repentina realización haciéndole girar la cabeza. Brian presionó dentro de él con fuerza.

- Córrete para mí, ángel- susurró Brian, su voz resonando en la cabeza de Roger y fuera de ella, en todas partes, rodeándolo, tomando el control.

Roger llegó al orgasmo, silencioso pero gimiendo, tiras de semen brotando de su miembro. Brian suspiró en su oído, sonriendo.

-Dios, eres perfecto- dijo Brian, y Roger solo tuvo que saltar sobre su polla dos veces más para que el mayor se corriera. Lo escuchó gruñir y continuó saltando, haciéndolo correrse más duro y tenso. Brian golpeó el muslo de Roger para detenerlo, y luego el chico se levantó del hombre mayor y se recostó en su regazo, inerte.

-Oh, cariño.- Brian exhaló cuando Roger juntó sus frentes. -¿Te he agotado?-

-Siempre lo haces- dijo Roger con una sonrisa cariñosa en su rostro. Se sentía como si hubieran pasado meses y meses cuando solo había pasado una semana. Roger le dio una excusa bastante pobre a Dominique sobre su ausencia, quien tan solo asintió con indiferencia y lo dejó ser.

Roger notaba lo insensible que se estaba volviendo Dominique, pero no le decía nada. - También podrías vivir aquí, Roger- susurró Brian, sonriendo. -¿No sería maravilloso? Despertar a tu lado todas las mañanas. Pura felicidad-.

-Realmente lo sería- dijo el chico, con las mejillas ligeramente sonrosadas. - Aunque, quizá haya una solución para ese pequeño problema- continuó, sonriendo.-Huyamos.-.

SOMEBODY TO LOVE [Maylor] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora