ADVERTENCIA: Este capitulo contiene escenas explicitas (relaciones sexuales)
Paso una semana fugaz sin tener contacto entre ambos.
Sin embargo, Dazai no se había desanimado ni nada por el estilo, aun así, solo tenía curiosidad. Tenía la necesidad de saber porque, pero no era como si pudiera simplemente marcarle por teléfono y preguntarle a la ligera algo que sabia, no le iba a responder; al menos no con sinceridad.
Se había dedicado pues, a avanzar con sus trabajos y novelas; no era que no le quedara tiempo, solo que, en ese momento, sin distractores, se podía concentrar fácilmente. Pero el hecho de que al terminar su jornada lo único que podía hacer era fingir ver la tele era completamente desolador. Trato de hablar con sus amigos, pero era una época ajetreada; aun así, se reunía con ellos, pero al final, no era como si pudiera contarles lo que ahora pasaba entre el poeta y él, que era lo que lo mantenía un tanto inquieto.
Ellos no se podían enterar jamás.
Y no sabía porque no quería que se enteraran.
«Supongo que no tienen que saber... ciertas cosas de mi vida» se consolaba a sí mismo.
Esa tarde, hacia frio. Hacía mucho frio, tanto, que hubiera preferido quedarse dormido en casa a tener que alistarse y bañarse como ahora lo hacía.
Y todo por el mensaje que recibió a través de una llamada del pelirrojo.
—«" Voy para allá"»
Ni siquiera pregunto, solo le dijo eso y colgó.
En un comienzo, Dazai trato de analizar el tono del poeta; porque en si era extraño que lo llamara. Todavía era más extraño sus toques de firmeza y seriedad, pero... había algo más. Cavilando entre cosas, no pudo salir de la cama a tiempo, así que, cuando apenas había logrado desvestirse y entrarse a bañar, sonó el timbre de la puerta.
«Que se espere» se dijo así mismo. Se había tomado la molestia de entrarse a bañar, ahora tendría que esperarse por acelerado. Pero lo que el de ojos avellana no sabía, era que en ese momento Chuuya podía hacer cualquier cosa, menos esperar. Después de una ronda de estruendosos golpeteos a la puerta y varias forzadas a la cerradura, hubo un silencio, y luego, se abrió la puerta.
El corazón del castaño se paró de inmediato ¿Qué? ¿Cómo carajo había entrado? ¿Tenía llave? No había sonado nada que le indicara que había tumbado la puerta, ni que hubiera roto la cerradura, sonó una llave, fuerte y clara. Y ahora, los pisotones del mayor se dirigían a la leve cortina que cubría el cuarto de baño.
La corrió sin delicadeza
—«¡¿Pero qué demonios haces?!»— clamo realmente molesto el más alto tratando de cubrir su cuerpo desnudo expuesto ante la vista del de ojos grisáceos.
Entonces Dazai lo noto.
Aquello que su voz le había avisado, se veía reflejado en toda su faceta.
Chuuya traía la expresión más triste que le había visto jamás. Estaba decaído, sin emoción, sus orbes no reflejaban ninguna especie de brillo y, a él, no lo veía como usualmente lo hacía. Así pues, las quejas y regaños que estaba a punto de escupir se trabaron en su garganta, y sin poder reaccionar ante esa extraña situación, ni se percató cuando el contrario lo acorralo contra las baldosas de la pared húmeda besándolo de manera desesperada. La ducha estaba abierta, y Osamu olvido apagarla en ese momento; ahora, ambos se estaban mojando bajo el chorro de agua caliente que golpeaba a los dos por igual.
ESTÁS LEYENDO
Como la flor de durazno (BSD chuuzai/dachuu authors au)
FanfictionEn el momento en el que te das cuenta que aprecias algo o alguien de verdad, es cuando ya lo has perdido; cuando ya es muy tarde para hacerlo. Pero los seres humanos no hacemos caso a esto, lo entendemos, lo aplicamos y lo recomendamos; la misma fra...