Dos meses después de aquello, Kazutora ya sonreía más y era más abierto con los demás. Seguía viviendo junto a Chifuyu, y ahora trabajaban juntos en la tienda de mascotas.
Hoy era el día libre de ambos, así que fueron a recorrer y comprar algunas cosas que faltaban en la casa. Yo aprovechaba esas oportunidades para crear "accidentes" que los junten más a ambos.
— ¡Mira Kazu!,¡es el último tomo del manga de Nana que se había sacado antes de su hiatus!—Los ojitos de Chifuyu brillaron de una forma infantil mientras miraba la vitrina de una tienda de mangas.
—¿Nana?¿Qué es eso?
Yo conocía aquel anime por medio de Chifuyu, hablábamos sobre él todo el tiempo e incluso llegamos a compartir collares idénticos a los que Nana y Ren tenían. ¿Seguirá guardando el mío en algún lugar?
(Para que tengan una idea de los collares)El menor le tiró una sonrisa la cual se miró similar a la que hizo cuando me obligó a leer aquel manga.
Oh no.
— ¿Quieres saber de qué va la historia?
— Ok.— Dijo despreocupado, no sabía en lo que se acababa de meter.
Chifuyu saltando de la emoción por tener otra víctima a la cuál hablarle sobre su anime favorito, comenzó a narrar.
Seguían caminando por los pasillos del centro comercial; para mí sorpresa Kazutora no despegaba su atención del ex rubio, hasta hacía preguntas de vez en cuando.
— ¿Vamos a llevar cereal con sabor a frutas o cereal de chocolate?— Preguntó de repente Chifuyu.
— Eh cualquiera está bien— Respondió para volver al tema anterior rápidamente— ¿Por qué Hachiko elige tan mal a los hombres?
Chifuyu guardó silencio un momento para luego comenzar a reír, ni Kazutora ni yo entendíamos qué le pasaba.
— Yo tampoco sé por qué— Pasó sus manos por su pelo en señal de timidez— Me alegra mucho que te haya llamado la atención Nana, yo... hace tiempo no tenía con quien compartir mis gustos.
Mis sentidos se sintieron aturdidos ante aquel comentario. Era un hecho que luego de mi muerte, Chifuyu no volvió a hablar sobre Nana ni ningún manga que le gustaba porque simplemente no sabía con quién hacerlo.
Nunca pensé en eso.
— ¿Y Takemicchi?
— A él no le gustan los animes tristes, es un llorón— Su sonrisa era imborrable, y contagiaba.
Kazutora no dijo nada más después, siguieron haciendo compras y cuando por fin consiguieron todo lo que necesitaban fueron al auto. De camino tampoco se dirigieron palabra alguna, me estaba poniendo tenso porque no era típico de ninguno callarse tanto.
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Misión
FanfictionDios le pidió a Keisuke Baji completar una misión que ante sus ojos parecía ser imposible, pero, si no lo hacía jamás podría descansar en paz. -¿Por qué yo debería juntar a Chifuyu y Kazutora? Ni que fuera el maldito cupido. (Narrada desde la pers...