Misión

•••09

— Lo lamento — Dijo en voz baja pero audible para el otro.

— No, yo lo siento— Intentó levantarse pero su mano resbaló por la ancha ropa de Kazutora y terminó cayendo nuevamente.

—¡Auch,tarado! — Exclamó el pelilargo.

—¡Es tu culpa por parar de golpe!— Respondió.

  Esta vez el que intentó y logró ponerse de pie fue Kazutora. Se sacudió el polvo y arena que tenía y extendió su mano para que Chifuyu también se levantara.

El contrario no reaccionó rápido, quedó mirando a Kazutora unos segundos, como si estuviera mirando a un extraño. De la nada -y para sorpresa mía- se sonrojó.

Tomó la mano ajena fuertemente y mordió su labio inferior intentando disimular aquel sonrojo que no se le borraba, y que al parecer ahora compartía con el pelilargo.

Hubiera pagado lo que fuera para leer los pensamientos de Chifuyu en ese momento. Diría que los de Kazutora también pero los suyos eran evidentes: "¿Qué mierda le pasa a este?"

—¿Estás bien Chifuyu?— Preguntó, intentando entender el por qué del sonrojo ajeno.

— Sí, tranquilo. Oye Kazutora,¿nunca pensaste que tienes cierto parecido a Baji-san?

Toda la emoción y sonrojo en el rostro de Kazutora, toda ilusión que al parecer tuvo al ver a Chifuyu tan cerca suyo, todo lo que pudo llegar a hacerle sentir mariposas... todo se esfumó en cuestión de segundos y con una pregunta.

Y es que para él esa era LA pregunta.

— De hecho, me dejé crecer el pelo por él— Confesó melancólico. Su sonrisa agridulce me hacia pensar en que, aunque se dejó el cabello así por mí, que Chifuyu le haya dicho eso le dolió.

— A veces te miro y siento que lo veo a él, excepto por el carácter, tú te volviste tan calmado y lindo, pero siento que si él estuviera aquí seguiría siendo un salvaje. — Comenzó a reír bajito y al ver que Kazutora solo lo miraba sin formular expresión, se sacudió la ropa para dirigirse junto al resto.

— Chifuyu... — Lo detuvo el pelilargo.

Aún sin estar presente en cuerpo, todo se me hizo incómodo, no tenía idea de cómo ayudar. Era tan evidente que pasaría y aún así no previne nada de la situación.

—¿Sí?— El silencio que se formó después de eso hizo que Chifuyu suspirara.— Si no vas a decirme nada, entonces vamos con el resto.

— Yo... — Intentó volver a formular palabra. — Tú...,¿sigues enamorado de Baji?

— No. — Respondió fugazmente.

— Qué bueno que te des cuenta que no estás enamorado de él, estás aferrado al recuerdo de algo que nunca pudo ser. — Explicó seriamente, haciendo que el contrario cambiara el rostro indignado por aquello tan repentino.

—¿Y tú con qué derecho lo dices?, fue culpa tuya y de tu estúpida venganza que él murió.

Yo tenía unas ganas de golpear a ambos, todo se estaba volviendo tedioso. En parte fue por el plan de dejarlos a solas que pasó todo esto.

En ese momento, me odié.

— Yo pagué todo eso sufriendo en prisión durante años, ¿quién fue el payaso que recogió al asesino de su enamorado? — Contraatacó Kazutora.

— Lo hice por lástima y porque él así lo hubiera querido.

— Yo no necesito tu asquerosa lástima.