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RÚN

Cuando finalicé la llamada con mi madre, volví a entrar en la casa. Nos quedábamos a dormir en casa del padre de Eyra, aunque pasábamos el resto del día con los chicos.

Aquella mañana iban a venir sus abuelos de visita, por lo que hicimos un buen desayuno y los esperamos impacientes. Rollitos de canela, varias piezas de fruta, tostadas, queso, tortitas, zumo de naranja y cafés. Cuando entraron, me sorprendí al ver que no venían solo ellos dos, iban acompañados de un chico que parecía más joven que yo. ¿Quién sería?

Tenía la cabeza rapada, llevaba botas militares negras, unos vaqueros negros ajustados y una sudadera gris, sin ningún tipo de estampado. Tenía las uñas pintadas de negro, una sonrisa que podía a ser escalofriante y un tatuaje en la mano izquierda, eran los huesos de su mano.

Mi novia estaba sentada a mi lado, viendo como yo la escena que se representaba ante nuestros ojos. Pero ella estaba tensa, incluso daba la sensación de que había aguantado la respiración, miraba fijamente al chico que conversaba con su padre.

Nos levantamos para saludar a los invitados, sus abuelos me recibieron muy bien, se notó enseguida que les caí bien. Cuando el chico dejó de hablar con el padre de Eyra y dirigió su mirada a nosotros dos, su sonrisa se ensanchó todavía más.

Qué miedo.

-Angus, no pensaba que vinieras- dijo ella a mi lado-este es mi novio Rún, es Islandés- me cogió la mano y me miró.

-Hola, encantado- solté sin entender qué estaba pasando.

-Angus y yo nos empezamos a llevar unos meses antes de entrar a esa casa. Somos primos, pero nunca habíamos tenido ese vínculo de familia, porque solíamos llevarnos mal al ser de grupos totalmente diferentes. Pero una tarde, fui a ver a sus padres y solo estaba él. Por lo que empezamos a hablar y nos llevamos muy bien. Todo se tornó cuando una noche en la que dormíamos juntos, tuvimos sexo. Al día siguiente, yo tenía vagos recuerdos, pero lo volvimos a repetir porque la atracción sexual siempre había estado- hizo una pausa para intentar no llorar- Perdí la virginidad con mi primo, el cual me había estado manipulando desde que comenzamos a hablar. Su personalidad cuando estaba conmigo, la había construido por y para mí. Con el único fin de acostarse conmigo un par de veces. Cuando me lo confesó una noche en la que la rabia le invadió, actué como el ser más asqueroso del mundo- se rompió a llorar en mis brazos.

-Me rompí a llorar delante de él, hasta imité un ataque de ansiedad solo para darle pena. Para acostarnos un par de veces más y luego hacer que él me dejara. El Angus que él había creado para mí era maravilloso, me recuerdas mucho a él. Pero, el Angus real me provocaba asco, me daba muchísimo asco. Hubo un tiempo en el que me culpé por manipularle a él también, ¿pero por qué debería sentirme mal por hacer lo mismo que él hizo?- terminó secándose las lágrimas.

*flashback*

Estaba en la playa tomando el sol, en España al principio siempre me quemaba, pero conforme pasaba los veranos allí, mi piel se fue acostumbrando.

Llevábamos tan solo 1 semana allí, por lo que mi piel tenía un aspecto rosado. Mi pelo rubio se había aclarado incluso más y mis ojos grises resaltaban mis facciones nórdicas. Mi hermano mayor vivía en Sevilla, por lo que cuando mis padres, mi hermano pequeño y yo íbamos en verano, podíamos quedarnos el tiempo que quisiéramos.

Las olas del mar me relajaban por completo, estaba en un estado en el que mi mente estaba totalmente en blanco. No estaba solo, mis dos hermanos me acompañaban y todo apuntaba a que se encontraban en la misma situación que yo. Todo estaba tranquilo hasta que escuché a alguien hablar cerca nuestro, no entendía que decía pero parecía que nos hablaba a nosotros. Abrí  los ojos para mirar si era así y, mi hermano mayor conversaba animadamente con una chica. Era bajita, tenía el pelo rojo y sus ojos me llamaron muchísimo la atención. Eran verdes, pero a trozos le cambiaban a marrón, no paró de sonreír en ningún momento, desprendía mucha felicidad. Narfi (mi hermano mayor) le dio un abrazo cariñoso, tras eso se separaron y nos miraron a Ósk (mi hermano menor) y a mí.

LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora