LA NOCHE

EXTRA

GISLI

No le confié ni a Esben mi pequeño romance de verano cuando tenía 15 años. Por saberlo, solo lo sabían Elin y Brenda, pero porque lo vivieron junto a mí.

No creas que me avergüenzo de mi sexualidad o de mi amor de verano, pero no veía el momento para salir del armario. Hasta que nos mudamos a un piso mi mejor amigo y yo. Por las mañanas íbamos a la academia de policía y por las tardes nos quedábamos descansando en casa.

“Puede ser que él sea el único hombre que te ha gustado de momento  o quizá lo hayas sentido antes” Supuse que Elin se olía algo cuando me dijo esa frase al enterarme de que era bisexual, aunque a mí me costó aceptarlo y ocultarlo, Esben siempre había despertado algo en mi interior y mi melliza lo sabía.

El momento de la verdad llegó una tarde de descanso como otra cualquiera, yo estaba tumbado en el sofá viendo “Young Royals”, justo en el momento en el que comienzan su relación. Él no la estaba viendo conmigo, pero iba y venía y alguna que otra escena veía.

-¿Estás? ¿Llorando?- preguntó extrañado y sentándose al lado.

-Un poco sí- me sequé una de las lágrimas y seguí centrado en la tele, intentando ignorar que estaba mirándome con el ceño fruncido.

-¿Se puede saber qué te pasa bro? Estoy preocupándome-

-Me da pena que ellos dos se quieran tanto y no puedan mostrarlo al mundo. ¿Qué hay de malo? Es que no lo soporto-  sollocé y me tapé con la manta hasta la cabeza.

-Que me quieres decir con eso Gisli- su tono era suave pero me pedía respuestas inmediatas, así era Esben.

-Con quince años descubrí del todo mi sexualidad-

- ¿Hetero? Buf, ya ves menudo descubrimiento-

-Heterosexual no Esben, soy bisexual. Me di cuenta del todo cuando me pillé de un chico en España, pero ya tenía mis sospechas desde antes, para ser exactos desde que tú y yo comenzamos a ser los malotes del instituto. Porque cada vez que te ligabas a una chica, solo podía contemplarte a ti, deseando que en algún momento me miraras como a ellas- suspiré aliviado por haberlo soltado de una vez, pero acojonado por haberle confesado mis sentimientos. 

Mientras corría por el pasillo me imaginé todos los trends de tik tok en los que alguien sale corriendo. Yo en otra vida sin duda fui tik toker.

 

-He preparado rollitos de canela- me dijo enseñándome el plato y después entrando en mi habitación.

Los rollitos de canela me recordaban a cuando estábamos en la casa y durante unos días todo estaba tranquilo. Elin estaba contenta con Helge, yo disfrutaba de la sonrisa de mi hermana y de todos los momentos juntos.

-Me recuerdan a la casa- le dije tras comerme el primero.

-A mí también- mordió uno y se puso a sonreir recordando algo- En ese momento fue cuando me di cuenta que nuestra conexión iba más allá-

-¿A qué te refieres?-

-Si te miraba de esa manera y, lo sigo haciendo en todo momento. Incluso se dio cuenta Helge, imagínate lo obvio que es-

-¿Qué dices Esben?- sabía perfectamente lo que me estaba diciendo, aunque mi cabeza seguía sin procesarlo, pero mi corazón lo había entendido perfectamente.