III

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“Cuando llegamos a la calle Manen, otra furgoneta nos esperaba ahí. Al vernos, todos se bajaron de ahí y pudimos ver perfectamente como Sten, Kaira, Ludmila, Seren y Angus caminaban decididamente hacia nuestra furgoneta todavía en marcha.

Sten llevaba una pistola que no dejó de apuntar hacia mi cabeza en ningún momento. Angus llevaba dos navajas al igual que Kaira. Ludmila y Seren llevaban bates de béisbol.

La furgoneta se paró y nos bajamos todos enseguida, yo fui el encargado de abrir la puerta trasera y así salieron los demás.

Nos recibieron lanzándonos una de las navajas que llevaba Angus. Afortunadamente no le dio a ninguno de ellos. Y yo le contesté con una risa obviamente falsa, porque estaba cagado de miedo.

Todo comenzó y terminó demasiado rápido. Kaira fue directamente a atacar a la barriga de Lena, pero Helge fue más rápido y le tumbó de un puñetazo en la mandíbula.

Yo no podía pelear, por lo que me quedé vigilando si había alguna trampa. Había ido con ellos porque era mejor que quedarme en casa.

Ludmila atrapó a Esben y sacó una navaja que tenía en alguno de los bolsillos de sus pantalones. Se la paseaba por el cuello mientras me miraba directamente. En uno de los momentos en los que pensé que le iba a rajar el cuello, me guiñó el ojo.

Esben parecía tranquilo, aunque era lo que nos habían enseñado en la academia. Kaira le dio un puñetazo en la nariz a tu madre, del susto se calló al suelo y como había mucha sangre, se desmayó.

A tu padre le atrapó Angus, aunque él solo lo agarraba del cuello, pero había amenazado con clavarle la navaja en el ojo.

Seren desde el principio había ido a por Helge, él le propinaba puñetazos y alguno conseguía esquivar. Hasta que en una de esas, ella fue más rápido y le dio un golpe con el bate en el estómago. Él cayó de rodillas al suelo del dolor. Y al final solo quedé yo contra Sten.

Lo cual era muy injusto porque yo estaba sin un brazo y él llevaba una pistola que no me había dejado de apuntar en ningún momento.

Yo ya estaba diciéndole a mi hermana que por fin nos íbamos a reunir en el infierno, que al menos podría estar toda la eternidad disfrutando de ella.

Estábamos a punto de tirar la toalla, Esben ya había comenzado a llorar al darse cuenta de todo. Tu padre gritaba cosas en español, Lena seguía en el suelo y Helge se retorcía de dolor en el suelo.

Estábamos acabados” me miró a los ojos y me señaló una puerta de garaje que estaba justo en medio de donde ocurrieron los hechos.

“Sten no paraba de reír sin parar, de gritar la palabra venganza. Lo cual no tenía sentido. A esas alturas mucha gente se había asomado a los balcones y ventanas, grababan con los móviles y aun así todos guardaron silencio.

Cuando Sten iba a dispararme justo en la frente y los demás iban a matar a mis amigos. Mi prima Brenda salió del garaje gritando venganza, como lo había hecho antes Sten.

Al principio dudé en que bando estaba, pero cuando vi que se ponía delante de mí lo comprendí. Le susurré que se fuera, que no hiciera el tonto. Pero ella se inclinó haciéndole una reverencia a Sten. Y ella le dijo al levantarse “Te avisé que con mi gente nadie se metía”.

Y la magia volvió a cobrar efecto. Kaira levantó a tu madre del suelo, Angus soltó a tu padre, Seren le dio el bate de béisbol a Helge y Ludmila soltó a Esben. Y todos ellos, se pusieron detrás de mí y fue Seren quien disparó a Sten. El primer tiro fue en el hombro. Después Helge se le acercó corriendo y le dio un puñetazo en el ojo y yo me acerqué a él y con la ayuda de los demás, le disparé en la frente”

Y así fue como terminó la increíble historia de mis padres y de mis numerosos tíos.

LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora