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LUNA

Hacía ya una semana que llegué a Trondheim cuando conocí a Ludmila, Angus y Kaira.

Una semana bastante intensita, aunque queda raro que lo diga yo. Llegué súper emocionada por conocer a la novia de Rún, pero me sumergí en una guerra fría a punto de explotar y además con un embarazo.

Sabía poco de Lena, solo sentía rabia, porque seguramente siga echando de menos a su difunto novio… ¿Hans? Notaba que Pedro y ella se querían de verdad, era uno de esos amores tan puros que solo deseas encontrar a alguien que te mire con esos ojos, pero había algo que no me cuadraba.

Si Lena era tan feliz con Pedro, su futuro esposo, ¿por qué recibieron la noticia del embarazo como algo malo? Aparentaban tener una vida perfecta.

Por otro lado están, Gisli y Esben, ambos parecían contentos por la noticia, a diferencia de que el primero parecía que tenía la cabeza en otro sitio, como si otra noticia le hubiera sorprendido más.

Y el último pero no el menos importante, Helge. El que más me había llamado la atención, su aspecto físico me sorprendió debido a que todos eran muy pijos y, él llevaba siempre camisetas de Nirvana o ropa ancha y medio rota, su pelo muchas veces le tapaba la cara, dejando que solo se viera su media sonrisa que casi siempre adornaba su rostro. Su mirada era fría, en pocas ocasiones le brillaban. A lo que voy, lo que me llamó la atención de él, era que a pesar del calor que hacía en las casas, siempre llevaba manga larga y desaparecía muchas veces. Pensé primero en autolesión, se notaba que estaba triste, pero fingía estar bien y eso rompe más, no suele ayudar.

*flashback*

Llegamos tarde a casa porque fuimos al cine, compramos comida y cenamos en un parque. Estaba muy cansada, pero no me quería ir a dormir porque estaba demasiado feliz, todos ya se habían ido a sus respectivas habitaciones (estábamos en la casa antigua de Gisli), fui al lavabo para…no sé para qué, pero fui al lavabo. Cuando caminaba por el pasillo para volver a la habitación, vi una pequeña luz en el salón, bajé las escaleras y vi a Helge sentado en el sofá, con el brazo derecho extendido, con una jeringuilla introducida en una de las venas.

Al principio, él no me vio, pero no tardó mucho en darse cuenta, reaccionó quitándose la jeringuilla y levantándose.

-No te molestes en decir nada- le dije sentándome en el sofá- No pienso decir nada, por eso puedes estar seguro. Desde que te vi, noté que algo ocultabas, los pinchazos te dejan marcas, por eso no enseñas los brazos, ¿cierto?- y asintió.

-Luna, lo siento, no me gusta que te lleves esta impresión de mí-

-No hay nada que sentir Helge, estás roto por dentro y no entiendo como ninguno de ellos lo ha notado. Tus acciones autodestructivas no son algo por lo que te debas disculpar con los demás, tienes que pedirte perdón por hacerte tanto daño. Seguramente no tengas la suficiente confianza conmigo, pero si necesitas algo, en cualquier momento estoy dispuesta a ayudarte- me levanté y salí del salón.

-Muchas gracias Luna- dijo andando tras mí, me agarró del brazo y me abrazo.

*fin del flashback*

El mismo día que encontré a Helge inyectándose droga, conocí al otro grupo. Mi mejor amigo me iba contando en español las curiosidades de la ciudad, mientras paseábamos por el barrio del May-britt. Lena y Pedro iban cogidos de la mano delante de nosotros y Eyra junto a Gisli observaban algo a lo lejos. Rún y yo nos dimos cuenta enseguida y seguimos la dirección de las miradas, había un grupo de jóvenes en la entrada del instituto.

Gisli se acercó a grandes pasos, no sentí que fuera con malas intenciones, de hecho le adornaba una gran sonrisa juguetona, tenía pinta de que quería hablarles sobre el centro. Pero cuando estaba a pocos metros de ellos, algunos salieron corriendo, quedando tan solo tres. Él estableció una conversación que desde lejos parecía incómoda, ¿qué estaba pasando?

Y ahí conocí a las famosas Ludmila y Kaira, también estaba Angus.

-Por Loki, últimamente nos vemos más que casi en la casa de la cuarentena- rio el chico con el pelo rapado.

-¿Y estos quiénes son?- preguntó la bajita mirándonos a mi mejor amigo y a mí, su cara reflejaba asco.

-Es Rún, mi novio y ella es Luna, su mejor amiga- habló Eyra.

-Imagino que tú serás la asesina, tú la que está saliendo con ella y abandona a sus antiguos amigos y…tú eres Angus, el emo- solté en defensiva.

LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora