LA NOCHE

11

ESBEN

No me faltó hablar nada con mi mejor amigo para saber que algo pasaba con ese tal Sten.

En cuanto Angus dijo su nombre, Gisli se tensó a mi lado, se quedó callado y dejó de sonreír. Nos montamos en el coche, nuestro profesor estaba en los asientos traseros, le dijimos que eran unos antiguos amigos del instituto. Realmente lo eran, pero en ese momento eran más los del bando contario en la guerra.

Acabamos la noche en el piso de Helge, estaban todos ahí reunidos y nosotros entramos diciendo “esta semana empezará la guerra”. Todos estaban con latas de cerveza en las manos (menos Lena) y en cuanto nos escucharon, se quedaron congelados.

-¿Cómo?- preguntó Luna que fue la más rápida en reaccionar.

-Hemos conocido a un nuevo miembro del grupo, se llama Sten y da un miedo impresionante- respondí yo mientras me unía a ellos.

Helge miró a Gisli que aún seguía blanco. Cuando este notó que le observaba, intercambiaron un par de miradas cómplices. Pronto descubriría que se tramaban esos dos.

Nos invadió un silencio incómodo, todos parecían absortos en sus pensamientos, llenos de miedo Luna y Rún se asomaron por la ventana y comenzaron a hablar en español.

-Pero pero pero, yoyoyoyo estoy embarazada- gritó mi hermana llevándose las manos a la cara y comenzando a llorar.

Muchos se acercaron para abrazarla e intentar animarla, pero yo me quedé ahí parado, de piedra, ni siquiera sabía si estaba respirando. Solo se me pasaba un pensamiento por la cabeza “tu hermana está embarazada y os vais a meter a una guerra”. No podía creerme que esa maldita casa nos hubiera traído tantas desgracias.

Me metí al baño para mojarme la cara, necesitaba despejar mi mente. Y para mi sorpresa, cuando entré, el espejo estaba empañado cuando no había ni pizca de humedad en el baño y había escrita una palabra “Mord”.

-¿Qué significa Mord?- le preguntó Luna a su mejor amigo, ambos habían asomado las cabezas para observar lo que me había dejado sin habla.

Rún le explicó el significado y poco tardaron los demás en acercarse a ver lo que poco a poco iba desapareciendo del espejo.

-Mañana nos vamos a la casa de cuarentena- dijo firme Gisli.