CASSIE
Londres, Inglaterra
Tan pronto como entramos al Brixton Academy, el lugar donde se llevarían los NME Awards, fuimos llevados a nuestros lugares.
Nos gustaba mucho asistir a estos premios porque eran tan relajados que más parecía una fiesta que un reconocimiento al éxito alcanzado durante un año.
Nos detuvimos de vez en tanto por nuestro paso por las mesas para saludar a uno que otro conocido.
Nuestro buen humor se apagó cuando nos dimos cuenta de que los coordinadores del evento maldosamente habían sentado a The Radicals a un lado nuestro. Ya estaban los cuatro en sus lugares, junto a su mánager.
Solté un gruñido ahogado en cuanto vi a Rhys con su pose presuntuosa —todos reían por algo, menos él—, pero solo fue para ocultar que me impactó un poco conocer a la persona que he odiado virtualmente.
Nuestras miradas se encontraron sin querer. Pude sentir en la suya que quería aniquilarme con esa intimidación que regalaba siempre a otros. No desvié la mirada, por el contrario, estiré un poco el cuello para espetarle en la cara que su desprecio no funcionaba conmigo porque yo era igual de importante que él.
Quisiera decir que el mundo se detuvo al vernos en persona, pero la verdad era que nuestro encuentro fue belicoso, porque teníamos una lucha de egos que exigía un pronto ganador. Sin embargo, en ese justo momento, Patrick le dijo algo que lo hizo inclinarse para escucharlo mejor. Ambas miradas me atacaron para decirme que estaban chismeando acerca de mí.
Entonces Rhys me dio un golpe fuerte que no esperaba, y me derrotó sin poner resistencia: su sonrisa engreída. Fue tan seductora que estuve a punto de correr como colegiala avergonzada, si no es porque estaba clavada en el piso ahora admirando el resto de su persona: la forma en que vestía, su cabello corto y ligeramente despeinado, y su barbita que apenas nacía.
Volví a ser atrapada por ese par de ojos que, ya con la guardia baja, terminaron de cautivarme por completo. Eran cafés y muy hermosos, con pestañas rizadas y algo tupidas. Coqueteaban naturalmente, aunque no quisieran hacerlo.
Puse los ojos en blanco para demostrarle que ya me aburría su juego, tenía que ocultar el maldito estremecimiento que seguía empujándome a él. Me senté en la silla que Liam galantemente tenía preparada para mí a su lado. Por suerte, Noah me tapó a Rhys y Patrick por el momento.
La premiación comenzó.
Nuestro grupo estaba nominado en tres premios: mejor banda en vivo, mejor canción y mejor álbum. Desafortunadamente The Radicals también estaba nominado en las mismas categorías, más una: mejor vídeo.
—Sigo odiando asistir a estas cosas —comentó Paige mientras aplaudía con una sonrisa falsa en su rostro.
Antes de salir de su casa me había dicho que no estaba de buen humor; estaba en esos días que toda mujer aborrece por los cambios drásticos de humor.
—Trata de divertirte —le dije, pero me echó una mirada de que fuera solidaria—. Está bien. Yo también odio asistir a estas cosas.
Paige sonrió complacida.
En minutos, empecé a concordar con Paige. Por primera vez estos premios eran aburridos. Hubo una pasarela de artistas que no ofrecían entretenimiento, a veces lo que Liam me susurraba era más interesante.
Si no fuera porque había alcohol, esto sería como ver un partido de cricket.
Al fin llegó la primera categoría a la que estábamos nominados.
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Rhys
Romance«Dos grupos... Una rivalidad... Una solución». Primero fueron The Beatles y The Rolling Stones, después Oasis y Blur. Ahora la rivalidad es entre The Border y The Radicals, dos grupos líderes en el mundo del Indie Rock. La guerra fue declarada abier...