8-Descanso y juntas de amigos

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Tomamos la decisión grupal de descansar hasta año nuevo, pero por supuesto que seguiríamos viéndonos.

Me sorprendo en mi tranquila tarde en la casa al ver a mi madre en mi habitación.

-¡Ay! Miren quien vino, mi mama querida... ¿No tendrías que estar en el trabajo? ¡Para ganarte el dinero y gastarlo con papa! ¿Y yo? Yo siempre me quedo acá como una tonta- dije furiosa. La impulsividad me gana.

-Te queremos invitar a viajar hija... ¿Quieres?- pregunta.

- ¿A mí?- río- ¿Me hablas a mi o al fantasma? Creo que al fantasma. ¡No gracias madre, no quiero!- contesto.

-Pero... ¿Que hablas Ángeles?- prosigue algo furiosa.

- ¡¿Qué hablo?! ¡Vos sabes muy bien que hablo! ¡Vete mama, vete!- continuo llorando.

Entonces se va. Luego de un breve instante de minutos los chicos vienen por sorpresa, me lavo un poco la cara para abrirles la puerta.

Alejo, Joaquín y Lourdes entraron sonrientes.

-¿Y Anto? ¿Le pasó algo?- pregunto preocupada.

-Justamente, no viene porque la idea es que hablemos solamente nosotros, ella no sabe nada de esto. Ahora te explicamos, antes de esto, Lourdes trajo helado así que ahora comemos ¿Quieren?- acota Alejo.

-Ok, ya vengo- me dirijo a la cocina para preparar todo, sin embargo Lourdes me persigue porque se queda preocupada ante mi apariencia.

-¿Te pasa algo? Estas rara.

-Nada importante Lu, tranquila. Hablemos lo de Antonella. Vamos.

-El veinticuatro de febrero Antonella cumple quince años. Los padres le van a hacer fiesta- continua Alejo al verme llegar con los helados preparados.

-¡Sí! También Anto decidió que su vestido sea sorpresa basándonos en su estilo y personalidad, así que sus padres me eligieron a mí. ¿Te gustaría acompañarme al centro comercial?- me pregunta Lourdes.

-¡Me encantaría!- afirmo.

-Seguro va a estar hermosa, esa princesa con su vestido, su cabello castaño y sus ojos verdes- acota Joaquín.

Yo, Alejo y Lourdes nos miramos sorprendidos ante sus palabras riéndonos.

-¡¿Gustas de ella?!

-¿Qué? ¡No! ¡Solo pensaba!- se defiende rápidamente.

-Si claro ¡Pensabas!- finalizamos riéndonos todos. 

Pequeños detectives en los curiosos casos de New YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora