Valentina®️

Capítulo 17

Frederick no quiso quedarse más tiempo después de haber renovado sus términos con Alik, por lo que cuatro días después regresaron a Nantes. Valentina hubiese querido ver más de la bonita ciudad donde vivía Alik, pero sentía a Frederick tenso cada que ella le decía que acompañaría a Vermika a hacer sus compras, ya fuera para la despensa o por algún ingrediente que esta hubiese olvidado. Cuando le había preguntado qué era lo que pasaba, Frederick le había sonreído, igual de tenso y le había dicho que el no tenerla cerca lo ponía nervioso, como si ella fuera a desaparecer.

—He salido con Aline y no te has puesto de esta manera—Valentina acarició los brazos de su marido, podía sentir bajo sus palmas cómo los músculos de Frederick se tensaban un poco más.

—Es diferente, sé a qué lugares podría llevarte Aline, aquí, no tengo idea de a dónde te lleve Vermika y aunque ella me informa de los lugares a los que fueron, no puedo evitar sentirme intranquilo cuando no te veo.

Valentina le sonrió, abrazando a Frederick y sabiendo que de alguna forma esa era una respuesta al trauma que ambos habían experimentado en México. No es que ella no quisiera estar siempre con él, por algo había ido con él a Rusia, porque no lo dejaba marchar de su vista; pero era consciente que para Frederick era diferente. Frederick era todo y lo único que Valentina tenía. Pero Frederick además de ella, tenía a su empresa, sus amigos, sus hermanos y sus padres, y los había perdido a todos poco a poco de alguna forma.

—Últimamente has estado muy distraída, me pregunto qué es lo que pasa por esa cabecita tuya.

Valentina se sobresaltó un poco en su asiento dentro del jet privado de Frederick, volteó a mirarlo hacia arriba, ahora que no estaba perdida en sus pensamientos y recuerdos podía sentir sus fuertes brazos rodeándola. —Estoy pensando en una forma para hacer que tus padres vengan a casa a cenar.

El pesado suspiro de él no le pasó desapercibido. —No creo que eso sea buena idea, Valentina. Ellos no quieren verme o hablarme y yo pienso respetar su decisión.

—Lo sé, Frederick y entiendo tu postura, pero esa no es la mía. Quiero arreglar la relación con ellos, no solo por ti—mintió en parte—ellos se portaron muy bien conmigo y en cierta forma siento que los traicioné, necesito saber que no pasará nada más que no sea bueno entre nuestra relación.

Frederick asintió sin decirle nada, faltaba muy poco para aterrizar y realmente se sentía adormilada. Sentía como comenzaban a cerrársele los párpados y cuando estaba a punto de dormirse entre los brazos de Frederick, le escuchó decir: —Mañana es cumpleaños de Kendall. Podríamos ofrecerle una fiesta de cumpleaños.

Valentina se incorporó de inmediato, despierta de repente y sonrió mirándolo a los ojos. —Esa es una estupenda idea, Aline podría ayudarnos a organizar todo y podríamos hablarle a Audrey para que venga con los niños y ya que todos tus hermanos siguen aquí, toda la familia estará completa.

—Te diría que no te hagas muchas ilusiones, pero por tu tono de voz y el brillo que tienes en los ojos, esa cabecita tuya ya debe de estarlo planeando todo, ¿o me equivoco?

Valentina le dio un suave golpe en el hombro. —Creo que al fin se me ha pegado algo de tu hermana Aline. —Bromeó mientras se recostaba en el asiento nuevamente al escuchar al piloto dar indicaciones para el aterrizaje.

—Si hubiese sabido que tendría tanta influencia en ti, jamás hubiese dejado que pasaran tanto tiempo juntas. Soportar la intensidad de mi hermana por unas horas está bien—bromeó Frederick. —.Pero tener en mi casa a mi mujer comportándose como ella, será una verdadera tortura. Solo falta que me arrastres a comprarte ropa con chantajes como ella lo hace.

—Oh, ¡basta! —Valentina rió, sintiendo como comenzaba a descender el avión, nunca le había gustado esa sensación, el sentimiento de vacío en su estómago por el vértigo. —Sabes que amas a tu hermana y a mí también.