Capítulo 19

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—No estoy seguro de que ese pastel vaya a ser de su agrado. —Valentina vio a Frederick llevarse otro bocado de pastel a la boca.

—Sin embargo, llevas dos rebanadas del mismo.

—No he dicho que no esté delicioso. —Frederick se encogió de hombros y ambos miraron al demostrador al escucharlo aclararse la garganta. Frederick le sonrió al hombre—Disculpe.

—Les decía, nuestro siguiente pastel es un cuatro leches con la capa superior en betún flameado con...

—¡Ese! —Valentina se sintió enrojecer al darse cuenta que había interrumpido al hombre, pero al escuchar las palabras "betún flameado" se le había hecho agua la boca.

—...pedazos de fresa glaseada.

Frederick rió entre dientes al escuchar al hombre terminar y Valentina sintió enrojecer más. —Lo lamento, parece que mi esposa está decidiendo por nosotros. ¿Podemos probarlo?

—Por supuesto que sí. —asintió el ahombre, dirigiéndolos hacia una de las mesas. Al ver el pastel, Valentina sintió el ansia apoderarse de ella. Había probado solo una vez aquel singular postre, pero le había encantado. Aunque en aquella vez era uva envinada lo que lo acompañaba y no fresa glaseada.

Cuando el hombre les ofreció el platillo con el pastel, tuvo que refrenarse y obligarse a tomarlo con calma. Iba a tomar un poco con su cucharilla cuando vio delante de ella una cucharilla, miró la mano que la sostenía en alto y luego a su marido, quien la miraba con una amplia sonrisa. —Adelante, preciosa.

Valentina le sonrió y tomó el bocado, cerrando los ojos al momento que suspiraba y soltaba un pequeño gemido de placer al sentir la mezcla dulce del pastel de cuatro leches con el sabor ahumado del betún y la fresa, ¡Dios la fresa! Dejó ir la cucharilla de su boca y abrió los ojos para ver directo a los de Frederick. La mirada de su marido era de contención.

—Sabe delicioso.

—Nos llevamos ese. —dijo Frederick inmediatamente.

—¿Están seguros que no desean probar los demás postres? Tenemos unos excelentes bocadillos de frutas y pastelillos de queso glaseados.

Frederick le sonrió al hombre. —Probaremos algunos, pero estoy seguro de que mi mujer ha elegido bien.

Valentina sonrió, llevándose otra cucharada de pastel a la boca. No podía dejar de comerlo, se le hacía agua la boca solo de verlo. Cuando el hombre los guió a una mesita con diferentes postres, Valentina sintió cómo se le revolvía el estómago al ver el pastelillo con plátano, aunque lo disimuló llevándose otro bocado de betún.

—Estoy seguro de que este va a encantarle tanto como el pastel anterior—el hombre tomó dos platillos que contenían cuatro bocadillos, uno de fresa, otro con mango en almíbar, el tercero con durazno y uva y el cuarto con plátano y kiwi. —Los cuatro están hechos con harina refinada, por lo que la galleta es bastante suave, deleite para sus paladares.

Valentina dejó el platillo y tomó el que le ofrecían. Tomando un bocado del de durazno. Estaba delicioso, pero no era tan bueno, además de la galleta suave tenía relleno de crema batida con mantequilla.

—Creo que serán de buena entrada, pero el pastel sigue siendo el elegido. —Valentina levantó la vista del pastel para voltear a ver a su marido y se dio cuenta que él la estaba viendo fijamente.

—Insisto en que pruebe el de plátano, es nuestra nueva receta en bocadillos y he de admitir que es casi celestial.

Valentina miró el bocadillo en su plato y sintió nauseas. Iba a tomar un bocadito cuando sintió a alguien tomar su mano, interrumpiéndola.

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2022 ⏰

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